63 ejecuciones solo entre el 17 y el 20 de noviembre, una cada 90 minutos; la oleada continúa con al menos 8 ejecuciones el 22 de noviembre.
Aterrorizado ante una posible explosión de la ira pública de una población exhausta por la creciente represión del régimen, el Líder Supremo, Ali Jameneí, incrementa continuamente el número de ejecuciones. Según los informes recibidos hasta la fecha, 304 presos fueron ahorcados en el mes persa de Aban (23 de octubre – 21 de noviembre), la cifra más alta de los últimos 37 años. Entre las víctimas de Aban se encontraban ocho mujeres.
En solo cuatro días, del lunes 17 al jueves 20 de noviembre, 63 presos cayeron víctimas de la máquina de ejecución de Jameneí, con una media de una ejecución cada noventa minutos. Jameneí ha iniciado el mes de Azar continuando esta oleada, con ocho víctimas identificadas hasta el momento.
Las víctimas del primer día de Azar (22 de noviembre) incluyen a Yarvali Haseli y Yaser Abdoli en Kermanshah; Jassem Aghaei en Karaj; Rastin Bahador (Baharvand) en Khorramabad; Homayoun Shokrollahi en Borujerd; Jafar Najjari, de 30 años, y otro preso en Hamedan; y Houshang Hashemzadeh, de 34 años, en Sari.
El 20 de noviembre fueron ejecutados siete presos: Erfan Azadi en Kashmar; Mahan Sheikhi en Saveh; Mobin Ramezani y Hassan Shokat en Yazd; Nemat Majidzadeh y Mehran Darabian, de 27 años, en Semnan; y Mozaffar Abdolvand, de 30 años, en Dorud.
El 19 de noviembre, el número de ejecuciones alcanzó las 19. Entre ellas estaban Shahrokh Sattari en Ardabil; Mohammad Karim Bastami en Quchan; Ebrahim Khani en Yasuj; y Reza Nosrati, de 25 años, y Mansour Dirin, de 36, en Shiraz. Los nombres de otras 14 víctimas se mencionaron en un comunicado anterior.
El 18 de noviembre, 18 presos fueron enviados al cadalso: Yahya Karami, Saman Abbasi, de 31 años, y Moslem Naderi, de 36, en Isfahán; y Heydar Tahmasbi en Mahshahr. Los nombres del resto de las víctimas se mencionaron en un comunicado previo.
El 17 de noviembre, 19 presos fueron ahorcados: Asad Pirbab, de 30 años, y Jahangir Hesari en Zanyan, y un preso en Ferdows. Los nombres del resto de los ejecutados se detallaron en otra declaración anterior.
El silencio, la inacción y el hecho de tratar y negociar con el padrino de la ejecución y el terrorismo en el siglo XXI constituyen una violación de los principios universales de los derechos humanos, alcanzados al precio de millones de víctimas. Este régimen debe ser aislado de la comunidad internacional, y sus dirigentes deben ser llevados ante la justicia por casi cinco décadas de crímenes contra la humanidad y genocidio.
Secretaría del Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI) 23 de noviembre de 2025
