El régimen iraní envió a la horca a 19 prisioneros en las cárceles de las ciudades de Gohardasht, Urmia, Hamedán, Tabriz, Kermashah e Ilam. Ocho de los ejecutados fueron ahorcados grupalmente en la prisión de Gohardasht en Karaj el 18 de abril.
El mismo día, Bahman Varmazyar, un joven prisionero que trabajaba como entrenador deportivo, fue ejecutado en Hamadán. El día anterior otro sufrió la misma suerte en la prisión central de Tabriz.
El 23 de abril nueve internos fueron enviados a la horca: cinco de ellos colectivamente en Urmia, tres en Kermanshah y una más en Ilam.
Incapaces de controlar las crisis y en particular las crecientes protestas del pueblo arto de la injusticia y la represión, los tiranos en el mando del país han aumentado el número de ejecuciones en diferentes ciudades para intensificar la atmósfera de miedo en la sociedad.
El 21 de abril el prisionero Mohsen Parvas, de 50 años, se suicidó por las duras condiciones de reclusión que sufre. También Nasir Zoraghi, de 31 años, murió el 22 de abril en la prisión central de Zahedán tras sufrir un paro cardíaco y que se le negase atención médica.
La Resistencia Iraní llama a la juventud del país a protestar contra la brutal pena de muerte y contra las duras condiciones en las prisiones de Irán y a apoyar a las familias de los ejecutados. Pide también a las organizaciones de derechos humanos condenar con firmeza las ejecuciones en Irán y condicionar las relaciones con Teherán a que el régimen mejore la situación de derechos humanos y detenga la aplicación de la pena de muerte.
Secretariado del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán
24 de abril de 2018