Cualquier solución para Siria que no asegure la complete expulsión del régimen iraní y su Guardia Revolucionaria está destinada al fracaso
El Tercer Comité de la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución el martes 15 de noviembre de 2016 sobre “el grave deterioro de la situación de derechos humanos” en Siria, condenando fuertemente las intervenciones terroristas incluyendo la de la Guardia Revolucionaria iraní.
La resolución adoptada por una abrumadora mayoría de 115 países con 15 votos en contra indica el deseo de la comunidad internacional de terminar con las intervenciones de régimen clerical en Siria.
El artículo 24 de esta resolución condena firmemente las intervenciones terroristas en Siria y “particularmente de las Brigadas Al-Quds, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní y grupos de milicias como Hezbolá, Asa’ib Ahl al-Haq y Liwa’ Abu al-Fadl al-Abbas”. La resolución “expresa su profunda preocupación por este involucramiento que exacerba la situación en deterioro en la República Árabe Siria, incluyendo las situaciones de derechos humanos y humanitaria que han tenido un serio impacto en la región”.
En el artículo 25 la resolución condena firmemente también todos los ataques contra la oposición moderada siria y pide por un inmediato cese dado que tales ataques benefician a grupos terroristas y contribuyen a un mayor deterioro en la situación humanitaria.
El representante del régimen clerical se opuso con firmeza a la resolución y señaló que la determinación del régimen iraní es continuar sus políticas criminales de luchar y masacrar al pueblo sirio. (Agencia estatal de noticias Fars, 15/11/2016).
El régimen iraní ha reiterado una y otra vez que si no combate en Siria los pilares de su mando en Teherán se pondrán en riesgo. Por esta razón los líderes del régimen llaman abiertamente a Siria ‘la provincia 35 de Irán’. En febrero del 2016 Jamenei dijo: “si los defensores del Tempo Sagrado [de Hazrat Zeinab] no pelean [en Siria], tendríamos que luchar en [las provincias occidentales de Irán] Kermanshah y Hamedan”.
El presidente del fascismo religioso que gobierna Irán Hasán Rouhani también hizo una confesión sin precedentes el 8 de febrero de 2016 cuando dijo: “si nuestras fuerzas armadas no aseguran a nuestro país, si nuestros valientes comandantes no perseveraran en Bagdad, Samarra, Faluya, Ramadi etc. Si no ayudasen al gobierno de Siria en Damasco y Alepo, si no fuese por el valor del Ejército, la Guardia Revolucionaria, la fuerza [paramilitar] Bassij y las fuerzas de seguridad estatales, no tendríamos garantizada la seguridad que nos permite negociar de esta manera”.
El día siguiente Ali Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional del régimen y uno de los confidentes de Rouhani hizo el siguiente comentario en el funeral de Guardias Revolucionarios muertos en Siria: “si ellos no hubiesen muerto en Siria nuestro Teherán sería inseguro, nuestro Hamedán y Ahwaz serían inseguras”. Hizo amenazas a países occidentales y de la región agregando: “al tratar con estados patrocinadores del terrorismo regionales y trans regionales llevaremos a cabo cualquier acción necesaria en varios campos”.
El régimen clerical iraní es la principal fuente de la crisis en Siria, la principal causa del empoderamiento y la expansión de Daesh (ISIS) en Siria y de la expansión del terrorismo en diferentes partes del mundo. La evicción del régimen clerical y su Guardia Revolucionaria así como de las fuerzas Quds en Siria es el primer y principal paso para terminar la crisis en Siria. Cualquier solución que no incluya la total expulsión del régimen iraníy sus fuerzas de Siria está destinada al fracaso.
Secretariado del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán
16 de noviembre de 2016