CNRI – Más de 19 años después de que el Hezbolá saudí detonase una bomba de 25,000 libras de TNT que mató a 19 miembros de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en las Torres Khobar (Arabia Saudí), el diario pan-árabe Asaharq Al-Awsad señaló el miércoles que Riyadh ha aprehendido a Ahmed al-Mughassil, terrorista clave vinculado al ataque. Pero, ¿Quién estuvo tras el mortal ataque terrorista?
En una conferencia de prensa en Washington D.C. el 16 de abril de 1997, el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI) reveló que el ataque de las Torres Khobar fue ordenado y planeado por la Fuerza Qods de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica del régimen iraní (CGRI-FQ).
Según el CNRI, que obtuvo una serie de reportes de las fuentes del principal grupo de oposición iraní, la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI/MEK), al interior del país, el ataque en la ciudad saudí de Dhahran fue una operación conjunta entre el Ministerio de Inteligencia del Régimen y la Guardia Revolucionaria. El CNRI detalló la cadena de mandos implicada.
De acuerdo a la información provista, el 6to cuerpo de las Fuerzas Qods, responsable de operaciones terroristas y subversivas en la región del Golfo Pérsico, llevó a cabo el atentado.
El General de la Guardia Revolucionaria Ahmad Sharifi, comandante del 6to cuerpo de las FQ supervisó directamente la operación. El superior inmediato de Sharifi era el Brig. Gen. de la GR Ahmad Vahidi, comandante de las Fuerzas Qods en ese momento. Vahidi fue nombrado posteriormente como Ministro de Defensa.
Las decisiones para operaciones terroristas, incluida la bomba a las Torres Khobar, se tomaban en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional del régimen iraní, presidido en la época por el presidente del régimen Ali Akbar Hashemi Rafsanjani.
El actual presidente del régimen Hassan Rouhani era en el momento secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y el representante del Líder Supremo Ali Khamenei en el organismo.
El ex director del FBI Louis Freeh, quien personalmente supervisó la investigación estadounidense sobre el ataque, confirmó después el rol del régimen iraní. En el Wall Street Journal del 23 de junio del 2006 el Sr. Freeh escribió: “El Servicio Secreto saudí había arrestado seis de los terroristas tras el ataque. Mientras agentes del FBI examinaban cuidadosamente los restos del edificio 131 a 115 grados, los atacantes reconocieron ser entrenados por el servicio de seguridad exterior iraní (Guardia Revolucionaria) en el Valle del Beka, y haber recibido sus pasaportes en la embajada iraní en Damasco junto con 250.000 dólares en efectivo para la operación, de parte del General de la Guardia Revolucionaria Ahmad Sharifi”.
“Después supimos que altos niveles del gobierno iraní, incluyendo el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Inteligencia y Seguridad, y la oficina del Líder Espiritual habían seleccionado a Khobar como objetivo y habían comisionado al Hezbolá saudí para llevar a cabo la operación”, agregó.
Amnistía describe la ejecución de Behrouz Alkhani como “un atroz acto de crueldad”
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CNRI – Amnistía Internacional ha condenado la ejecución el miércoles del disidente kurdo iraní Behrouz Alkhani en una prisión de la ciudad de Orumiuh, al occidente de Irán.
El Sr. Alkhani, de 30 años y miembro de la minoría kurda de Irán, fue ejecutado esta mañana a pesar de que esperaba aún el resultado de una apelación en la Corte Suprema del régimen.
“La organización también supo que las autoridades hasta ahora se han negado a entregar el cuerpo de Behrouz Alkhani a su familia” dijo Amnistía Internacional.
“La ejecución hoy de Behrouz Alkhani, quien todavía esperaba el resultado de una apelación en la Corte Suprema contra su sentencia es un atroz acto de crueldad de parte de las autoridades iraníes y denigra tanto la ley iraní como el derecho internacional. Es sobrecogedor que hayan impuesto aún más dolor a la familia de Behrouz Alkhani y se nieguen a entregar su cadáver para el entierro” dijo Said Boumedouha, sub Director de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“El hecho de que las autoridades hayan llevado a cabo la ejecución a pesar de la apelación pendiente contra una sentencia impuesta en un juicio fuertemente injusto y mientras se desarrollaban peticiones internacionales para frenar la ejecución, muestra su desprecio por la justicia. Su ejecución es una prueba más de la resolución determinada de las autoridades de continuar una ola de ejecuciones que ya ha visto más de 700 personas ahorcadas en Irán tan solo este año”.