Comunicado de prensa de Amnistía Internacional – 23 enero 2014
Hoy han emergido reportes de 12 ejecuciones secretas llevadas a cabo por las autoridades iraquíes, llevando a 38 el número de prisioneros ejecutados desde el domingo, dijo Amnistía Internacional.
“El creciente uso de la pena de muerte en Irak solo alimentará más violencias, y muchos de estos ejecutados son con frecuencia convictos tras juicios enormemente injustos” dijo Said Boumedouha, Director Adjunto para el programa de Medio Oriente y África del Norte.
“La única manera para lidiar efectivamente con las amenazas de seguridad que enfrenta el país es que las autoridades iraquíes hagan algo con su profundamente defectuoso sistema de justicia, en el que las “confesiones” extraídas bajo tortura se utilizan como evidencia ante la corte, y la ejecución de prisioneros es rutinaria”.
El 21 de enero el Ministerio de Justicia emitió un comunicado confirmando que las autoridades habían ejecutado a 26 hombres el domingo, dos días antes. Uno de ellos era Adel al-Mashehadani, conocido por haber llevado a cabo una serie de ataques sectarios, de acuerdo al Ministerio de Justicia.
Amnistía Internacional confirmó a través de fuentes independientes que al menos 12 hombres más fueron también ejecutados.
La organización también supo que, en el mismo día, la oficina del presidente ratificó alrededor de 200 casos de personas sentenciadas a muerte, pavimentando el camino para llevar a cabo su ejecución. En Irak, todas las penas de muerte confirmadas judicialmente deben ser ratificadas por la presidencia antes de implementarse.
La mayoría de estas ejecuciones, todos ellos hombres iraquíes, fueron de condenados por cargos de terrorismo, bajo la draconiana Ley Anti-Terrorista del 2005.
Amnistía Internacional teme que las autoridades iraquíes puedan estar usando la violencia actual en la gobernación de al-Anbar para acelerar ejecuciones y demostrar sus esfuerzos para proteger a la población civil contra el terrorismo y los ataques de grupos armados.
Las ejecuciones ocurren menos de una semana después de que el Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon llamara a las autoridades iraquíes en su visita a este país a poner una moratoria a las ejecuciones.
El llamado fue fuertemente rechazado por el Primer Ministro Iraquí Nouri al-Maliki, quien dijo en una conferencia de prensa que las autoridades “no creen que los derechos de alguien que asesina a otra persona deban ser respetados”.