CNRI – Tras la renuncia del Primer Ministro libanés Saad Hariri, desafiando la intergerencia del régimen iraní en el Líbano y en los países árabes y otros hechos posteriores, los medios de comunicación del régimen iraní han empezado a señalar estos hechos como peligrosos, en crecimiento y como fuente de preocupación.
El diario estatal Kayhan, afiliado al Líder del régimen Alí Jamenei escribe: “la sospechosa renuncia de Saad Hariri, el ataque de misiles Houthi contra el Aeropuerto Internacional de Riyad y la purga de príncipes saudíes por parte de Mohammed Bin Salman son tres hechos muy importantes que están relacionados, más o menos, con Irán y la aceleración de hechos decisivos en la región tras el fin del califato de ISIS. La principal consecuencia de la renuncia de Hariri no es más que una presión política contra Irán y contra Hezbolá en el Líbano. Estas presiones empezaron justo después de la implementación de sanciones estadounidenses contra Hezbolá.”
Prosigue: “Las sanciones contra el Hezbolá libanés son de alguna manera similares a las sanciones del tesoro contra la Guardia Revolucionaria… desde ya se puede predecir que se extenderán las presiones internas en Líbano a favor de acercarse a occidente en los próximos días. Habrá probablemente grandes sanciones desde Estados Unidos y sus aliados contra Hezbolá en el futuro. Algunos creen también que puede ser el comienzo de una nueva guerra en la región, una guerra que involucre a Hezbolá. El enemigo intenta de todo para cambiar la situación hacia su favor. Un día con sanciones, otro día con amenazas, y un día después con ‘negociación y acuerdo nuclear’”- (Diario Kayhan 7 de noviembre de 2017).
En su editorial el diario estatal Vatan Emrooz afirma: “la intensidad de los acontecimientos en la región de Oriente Medio va en aumento. Los diferentes actores parecen haber llegado a la conclusión de que se agota el tiempo. Toman decisiones con rapidez y parece que intentan ejecutarlas aún más rápido”.
“El principio fundamental tras todos los acontecimientos es que el sistema [el régimen] impone sus principios en Medio Oriente. Los rivales parecen juntarse y Estados Unidos intenta empoderar actores regionales contra el sistema”.
“Estados Unidos ha desarrollado una estrategia tradicional de combinar línea dura y moderación… el énfasis en el uso de sanciones lo muestra. Incluso se puede ver la salida de Hariri de Beirut bajo ese ángulo. Debemos estar vigilantes” (Vatan Emrooz, 7 de noviembre de 2017).
El diario estatal Sharq afiliado al grupo de Rouhani afirmó: “con la renuncia de Saad Hariri paree que se gesta una crisis permanente en Oriente Medio, que empezó con la crisis siria y ha entrado en una nueva dinámica dañina, devastadora”.
“Nuestra diplomacia debería estar atenta a la nueva situación en la región, con precisión y sensibilidad” (Diario Sharq, 7 de noviembre de 2017).
El diario estatal Ebtekar escribió: “con la renuncia de Hariri Ryadh ahora quiere marcar la escena con ayuda de sus agentes. La meta es llevar a Teherán a donde Riyadh y sus aliados la quieren. Su prioridad es limitar la influencia del sistema [el régimen] en Irak y en Siria” (Ebtekar, 7 de noviembre de 2017).
Otro diario estatal afiliado al bando de Rouhani advierte a las autoridades: “la imagen que queda es que hay una guerra regional y una cadena de acciones de conspiración internacional para crear un conflicto” (Jame’eh Farda, 7 de noviembre de 2017).