En julio pasado, la policía de Baviera rodeó la furgoneta de alquiler de un diplomático iraní enviado a Austria -Assadollah Assadi-, después de que se detuviera en una gasolinera. Incluso llamaron al escuadrón de bombas porque les preocupaba que transportara explosivos.
La razón es que Assadi había estado bajo vigilancia durante bastante tiempo, ya que las autoridades europeas sospechaban que estaba involucrado en un plan para poner una bomba en evento de la Resistencia Iraní en París a fines de junio, atentado que afortunadamente había sido frustrado.
Assadi fue arrestado y finalmente fue extraditado a Bélgica para enfrentar un juicio por cargos de terrorismo junto con la pareja Nasimeh Naami y Amir Saadouni, quienes habían sido contratados para llevar a cabo el ataque.
Francia respondió congelando los activos de dos presuntos agentes de inteligencia y prohibiendo a sus diplomáticos viajar a Irán. Un funcionario alemán por su parte dijo: “Hay claros indicios para llamar a esto un caso de terrorismo de estado [pero los líderes] preferirían minimizar el peligro y el nivel de interferencia [para mantener unido el acuerdo nuclear]”.
Norman Roule, el ex director de inteligencia nacional de Estados Unidos para Irán, dijo que Europa y Estados Unidos corren el riesgo de envalentonar a Irán si no envían un mensaje fuerte y claro. Después de todo, el régimen ya lanzó ciberataques, apoyó a grupos terroristas y planificó asesinatos en suelo extranjero sin reproches. Dijo: “Mi temor es que Irán pueda creer que aún tienen margen hasta llegar a nuestras líneas rojas, y que esto sea una invitación para futuros ataques”.
Ahora muchos países temen que puedan ser los próximos objetivos del régimen iraní. Después de todo, Europa es parte firmante del acuerdo nuclear de 2015, que levanta las sanciones contra Irán. Si el régimen los ataca incluso a ellos, ¿a quien no atacaría?
La creencia entre los funcionarios y analistas, quienes hablaron bajo condición de anonimato, es que Irán planea atacar a sus enemigos en Europa, América y el Medio Oriente; incluso ha asignado unidades para llevar a cabo la vigilancia de figuras de la oposición, así como organizaciones judías e israelíes, en los Estados Unidos y Europa. Esto ha quedado evidenciado por los recientes arrestos de iraníes bajo cargos de espionaje en Estados Unidos.
Un funcionario de inteligencia de Oriente Medio, dijo que ha habido un “claro aumento” en la actividad iraní, lo que indica que se están “preparando para la posibilidad de un conflicto”.
Otros funcionarios informan que el régimen iraní ha estado tratando de ocultar su participación reclutando a las agencias de Pakistán, Irak, Líbano, Turquía, África del Norte y Afganistán para espiarlos a su nombre.
Lo que está claro es que estos planes terroristas están dirigidos desde lo más alto de este régimen y no terminarán hasta que la estructura caiga en su totalidad.