Ashraf 3, hogar de los miembros del principal grupo de oposición de Irán, la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán (OMPI/PMOI o Mujahedin-e Khalq, MEK) en Albania, acaba de presenciar cinco días de intensa actividad política con varias conferencias y exposiciones que involucran a miembros de la resistencia, locales y simpatizantes internacionales en un momento en que Irán está en las noticias en un contexto de tensiones regionales e internacionales.
Los eventos de los últimos cinco días en Ashraf 3 tienen un significado estratégico para la situación actual de Irán:
La inauguración de Ashraf 3 constituye una victoria para la oposición iraní. Anteriormente, cuando los miembros de la OMPI / MEK estaban situados en Irak, los mulás intentaron aniquilar al grupo de manera física, política y social. El establecimiento de Ashraf 3 en Albania, hoy en día parte del mundo libre y fuera del alcance de los mulás y sus mercenarios, es lo último que Jamenei y su régimen necesitan en estos tiempos difíciles. Ashraf 3 es la culminación victoriosa de una década de resistencia contra los esfuerzos terroristas, regionales y políticos para poner fin a la OMPI/MEK. En cambio, la OMPI ha emergido más fuerte, más aceptable e invencible en esta coyuntura crítica.
El estancamiento internacional y la crisis regional en la que se encuentra el régimen de los mulás refleja, y en ocasiones oculta, la profunda crisis social que durante más de un año ha envuelto al régimen y se ha expresado a través de acciones organizadas y bien orientadas, especialmente a través de jóvenes y mujeres iraníes. A pesar de la brutal represión, los mulás han sido incapaces de frenar el creciente alcance cualitativo y cuantitativo de esta crisis social.
Paralelamente a los acontecimientos dentro del país, el largo y sinuoso camino desde Ashraf 1 (Campamento Ashraf en Irak) a Ashraf 3, ahora hogar de la Resistencia gracias a una larga movilización internacional de apoyo durante más de diez años, ha dado lugar a un fuerte tendencia política en el ámbito internacional contra los mulás. Al igual que la Resistencia, esta tendencia política ha bloqueado el camino del apaciguamiento occidental hacia los mulás, y ha encontrado su camino hacia los centros de toma de decisiones más importantes del mundo.
La firmeza observada en las palabras de los simpatizantes internacionales de la Resistencia durante el programa de cinco días fue más que un simple apoyo al plan de 10 puntos de la presidenta electa del CNRI, Maryam Rajavi, para el futuro de Irán: exigieron además que los líderes del régimen de los mulás enfrentasen a la justicia. Esto es un complemento explícito a la desaprobación general del régimen de Irán en el ámbito internacional.