Friday, October 4, 2024
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Editorial: Jamenei en UN Callejón Sin Salida Terminal

Jamenei en un callejón sin salida terminal

El régimen de Irán está envuelto en una gran crisis derivada de la campaña de “máxima presión” de los Estados Unidos, que incluye nuevas sanciones, la posición de los países árabes contra su belicismo regional y la explosiva situación al interior de la sociedad iraní. Las crecientes disputas entre facciones del régimen reflejan esta crisis.

El régimen iraní está lidiando con tres problemas principales:

Primero está la crisis internacional sobre su programa de misiles nucleares y balísticos que ha llevado a sanciones severas contra la industria petrolera del régimen.

En segundo lugar, está la crisis regional, resultado de la intromisión en los países de la región por parte del régimen, el terrorismo y la guerra, y su establecimiento de grupos satélites, los cual ha unido a todos los vecinos de Irán contra el régimen.

La semana pasada, cuatro países árabes, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Bahréin, en una declaración conjunta, una vez más subrayaron el papel destructivo del régimen iraní en el Medio Oriente. El ataque del régimen el sábado contra las instalaciones petroleras de Aramco en Arabia Saudita atrajo la condena internacional, principalmente de altos funcionarios estadounidenses. El presidente Donald Trump ordenó a su Secretario del Tesoro que imponga nuevas sanciones al régimen.

La tercera crisis, que posiblemente es la raíz de las otras crisis, y que el régimen teme inmensamente es la existencia de una sociedad frustrada y enojada que podría estallar en cualquier momento y conducir a la caída del régimen.

Esta situación convierte rápidamente cada problema social que surge de la tiranía de los mulás en una crisis para el régimen. Tomemos, por ejemplo, la autoinmolación de Sahar Khodayari en protesta por su arresto por intentar ingresar al Estadio Azadi para ver un partido de fútbol. Su trágica muerte se convirtió rápidamente en un gran problema social, obligando a los mulás a tomar una posición. En sus sermones más recientes, las oraciones del viernes de los líderes del régimen han hecho eco del pánico del régimen y el miedo al descontento social que podría estallar en cualquier momento.

El 13 de septiembre, Hossein Panahian, el líder de las oraciones del viernes en Teherán, arremetió contra la facción rival, diciendo que los problemas sociales se han vuelto bipolares y pueden incendiar a la sociedad en cualquier momento. Dirigiéndose al presidente del régimen, Hasán Rouhani, dijo: “Esperamos que el respetable presidente evite que su círculo haga travesuras que inflamarán al país”.

Si Irán fuera un estado normal, la presión extranjera probablemente crearía solidaridad entre las filas del régimen, pero la presión sobre un cuerpo lleno de agujeros y lagunas ciertamente conduce a su destrucción.

Los comentarios de esta semana del líder supremo del régimen, Ali Jamenei, fueron otro signo importante de la situación crítica y la discordia en el régimen. Jamenei había permanecido en silencio durante un período considerable. En su última declaración, evadió la crisis derivada del ataque a las instalaciones petroleras sauditas y simplemente discutió el tema de las negociaciones. Sus comentarios indicaron que su régimen se encuentra en un callejón sin salida. Su régimen tiene que elegir entre la muerte y el suicidio por miedo a la muerte.