CNRI – El régimen iraní busca más poder, control e influencia en Oriente Medio. Todo lo que hace lo hace con este objetivo y no teme sus consecuencias.
Un ejemplo de ello es el tráfico de drogas en el que se ve involucrado el régimen. Algo que claramente afecta en gran manera a la población iraní, pues cada año más y más personas se hacen adictos a las drogas. Es un problema que toca con gravedad a la juventud del país y el gobierno fracasa en el manejo del tema, probablemente porque es una enorme fuente de ingresos para el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Al igual que con el tráfico de drogas, el régimen se ha visto involucrado en la falsificación de dinero, el contrabando de cigarrillos y el lavado de activos. Pero no olvidemos la más importante: el programa nuclear. A pesar del acuerdo del 2015 Irán todavía trabaja en su proyecto nuclear con la ayuda de una red de células de contrabandistas.
La principal estrategia de Teherán es sembrar caos en Oriente Medio y alentar guerras y conflictos donde sea posible sin embargo evitando verse directamente involucrados en ellas. La última vez que Irán fue participante activo en una guerra fue en 1988 cuando terminó el conflicto Irán-Irak.
Tras este todos los conflictos en los que Teherán se ha visto involucrado incluyen el uso de una red de milicias y satélites como los Fatimids afganos, los Hezbolás iraquíes y libaneses, el Ansar Allah yemení y muchos otros grupos en toda la región.
Irán evita involucrarse en estos conflictos así que envía al frente de batalla apoyo financiero y entrenamiento para satélites y milicias. La Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria va para construir las milicias que actuarán a nombre de Irán.
Los Estados Unidos, en su continuo esfuerzo por cerrar la línea de influencia de Irán, ha dicho que investigará el comportamiento de Irán en la región y su modus operandi. Estados Unidos, con la asistencia de sus aliados en Oriente Medio, pondrá particular atención a las redes de entrenamiento y contrabando, y afirmó que posteriormente publicará información sobre estas investigaciones.
Es esencial que estos esfuerzos cubran todas las peligrosas actividades que el régimen iraní utiliza. Recientemente, informes han indicado que existen fuertes vínculos entre Al-Qaeda e Irán, otro aspecto que investiga Estados Unidos.
Se ha informado que en el 2003 Al-Queda llevó a cabo una serie de ataques con explosivos en Arabia Saudí y aunque se creyó en un comienzo que terroristas saudíes los habían llevado a cabo, resultó que fueron ordenados por el terrorista egipcio Saif Al-Adel, principal aliado de Osama bin Laden. Se sospecha que Al-Adel tuvo un rol en los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos y terminó en Irán donde estaba protegido. Las órdenes de los bombardeos llegaron desde Irán.