Un concierto fue cancelado en la ciudad de Uromiyah (noroeste de Irán) porque mujeres y hombres asistirían al mismo tiempo.
El ministerio de cultura del régimen dijo a los organizadores que debieron haber vendido entradas a las mujeres para el primer día del evento y a hombres para el segundo.
El último ejemplo de segregación represiva de género viene después de que la municipalidad de Teherán anunciase el mes pasado un plan para separar a sus empleados masculinos y femeninos en su lugar de trabajo.
El Alcalde de Teherán, Mohammad Bagher Qalibaf, está ahora expandiendo estas medidas a otras agencias del régimen iraní, según reportes de medios estatales.
Qalibaf ha defendido su plan ante la furia de grupos de mujeres diciendo a los medios estatales que “no debemos permitir que una mujer esté en contacto o socialice durante horas de oficina con extraños durante días y meses, y que pase más tiempo con extraños que con los miembros de su familia, su esposo y sus hijos. ¿Dónde quedó nuestra dignidad?”
El 23 de julio el ministro de justicia de Hassan Rouhani, Mostafa Pour-Mohammadi describió este plan como “conforme con los valores del régimen”