Han prohibido las visitas de sus hijos y su familia a la prisionera política Maryam Akbari Monfared, acusada de litigar contra los autores de la masacre de 1988 en Irán.
Una injusticia flagrante
Maryam solo ha publicado una carta para pedir una explicación de la masacre de sus allegados en 1988 y una investigación oficial. Desea conocer la identidad de los autores y la localización de las sepulturas de las víctimas.
En su carta explica: «tres de mis hermanos y una de mis hermanas fueron ejecutados en los años 80 […] Mi hermano menor Abdolreza tenía 17 años cuando fue arrestado por haber vendido documentación sobre la OMPI (Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán, organización armada de oposición, primero al shah y luego a la república islámica, N. del T.) y condenado a tres años de prisión. Las autoridades se negaron a liberarlo años después de haber purgado su pena y lo ejecutaron en 1988. […] Mi otro hermano, Alireza, fue arrestado el 8 de septiembre de 1981, juzgado y ejecutado 10 días más tarde. […] En la séptima noche del duelo por mi hermano Alireza, las fuerzas de seguridad hicieron una redada en nuestra casa y se llevaron a algunos invitados, a mi madre y a mi hermana, Roghieh. Liberaron a mi madre después de cinco meses, pero mi hermana fue condenada a ocho años de cárcel. Fue ejecutada en agosto de 1988, cuando le quedaba un año de condena.»
Privación de tratamiento médico
Además de las visitas, también privan a Maryam del acceso a los cuidados médicos. Las autoridades iraníes se han negado a llevarla a sus citas médicas para tratar su poliartritis reumatoide y sus problemas de tiroides. Según la fiscal adjunta de la prisión de Evin, sus citas han sido anuladas porque se había vuelto demasiado «insolente». Ante estas injusticias, su hermana Reza pide a la ONU que se interese por el asunto.
Una prisionera política considerada «criminal» por criminales
Su carta costó a Maryam las iras de la fiscalía de Teherán, que prohibió inmediatamente las visitas de su marido y sus hijos por una orden, dicen, «que viene de arriba». Un funcionario de la fiscalía respondió a la familia en estos términos: «¿Qué quiere saber? Los que ejecutaron a sus hermanos y su hermana están ya muertos o son demasiado viejos y sus hermanos y su hermana probablemente estén enterrados en el cementerio de Javaran». También amenazó a la familia, asegurando que las denuncias de Maryam no servirán más que para empeorar su situación y impedirle el acceso a la libertad condicional o su liberación.
Una condena sospechosa
Maryam fue arrestada en 2009 por pertenencia al OMPI, grupo de oposición prohibido. Durante los cinco primeros meses, su familia ignoraba su paradero y su suerte. En 2010 un tribunal revolucionario de Teherán la condenó a 15 años de prisión, apoyándose en las llamadas y visitas a sus hermanos, miembros de la OMPI. Los siguientes 43 días, fue internada en aislamiento y sometida a intensos interrogatorios sin posibilidad de consultar a un abogado. Todas sus apelaciones fueron rechazadas sin explicaciones.Pendant les cinq premiers mois, sa famille ignorait sa localisation et son sort. En 2010, un tribunal révolutionnaire de Téhéran la condamna à 15 ans de prison, se basant sur des appels et des visites à sa sœur et à son frère membres de l’OMPI. Les 43 jours suivant, elle fut emprisonnée en isolement et soumise à des interrogatoires intenses sans possibilité de consulter un avocat. Ses divers appels ont été refusés sans explications.
Apoyo de otros prisioneros
Algunos presos políticos de la prisión de Gohardasht, al oeste de Teherán, han publicado una carta abierta para apoyar a Maryam Akbari Monfared y el proceso de las familias de las víctimas de la masacre de 1988 en Irán. También condenan la presión ejercida por los responsables penitenciarios. Presentamos un fragmento de la carta: «El miércoles pasado, nos informaron de que la prisionera política Maryam Akbari Monfared está incomunicada desde hace algún tiempo. Los tres hermanos de Maryam y una hermana fueron ejecutados en los años 80, dos de ellos durante la masacre de los prisioneros políticos del verano de 1988.
»Hoy, el proceso de Maryam hecho público en sus cartas, es considerado por el régimen como un crimen, y el régimen corrupto, por temor a estas cartas, a recurrido a presiones psicológicas y a amenazas contra ella. Por orden de fiscales de alto rango, se han suspendido hasta nueva orden su llamada telefónica semanal y las visitas de su marido y sus hijos.
»Con esta actitud, el régimen no solo la tortura, sino que también inflige sufrimiento y torturas mentales a su marido y sus pequeños.
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