Friday, October 4, 2024
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Irán: el precio a pagar por abrir una delegación de la Unión Europea en Teherán

CNRI – El grado de relación de los países europeos con Teherán, que incluyen ahora la apertura de una oficina de la Unión Europea en esa capital se ha convertido en una controversia y un nuevo conflicto entre las dos facciones rivales del régimen iraní, en un contexto en el que el presidente estadounidense ha declarado explícitamente no aprobar el acuerdo nuclear a menos que sea revisado, y que si el Congreso estadounidense y la Unión Europea no lo hacen, retirará a su país del acuerdo. De otra parte el régimen iraní mantiene que le acuerdo nuclear no puede ser cambiado y no accederá a ninguna renegociación.

Aunque parezca que no hay espacio para la intervención de Europa, los países europeos y Francia particularmente continúan intentándolo mientras se abre una intensa controversia interna en el régimen iraní sobre la apertura de una oficina de la Unión Europea en Teherán.

Obviamente Europa busca su beneficio económico en este conflicto. Es evidente también que una economía sólo puede tener éxito en un ambiente seguro, y que mientras este monstruo de guerra ha mostrado sus garras en toda la región y las partes se hablan entre sí en un lenguaje de “amenazas y misiles” no hay mucho espacio tampoco para los negocios, las inversiones y los intereses económicos. Así que Europa primero intenta llevar la paz a la región, una paz que como dice el presidente francés Emmanuel Macron, se ve amenazada por el “muy preocupante programa de misiles” del régimen iraní y sus “intervenciones en la región” (Reuters, 15 de octubre de 2017).

Macron agregó posteriormente que “Francia intenta adoptar una posición que sirva a complementar el acuerdo nuclear” (TV estatal del régimen, 9 de noviembre de 2017).

Así que la Unión Europea y Francia en particular envían un mensaje de dos caras a Estados Unidos y al régimen. A Estados Unidos dicen: “no rompan el acuerdo nuclear pues facilita las relaciones comerciales con el régimen iraní. A cambio nosotros en la Unión Europea cumpliremos vuestras demandas [estadounidenses] ayudando a completar el acuerdo agregando nuevas cláusulas que incluyan limitar el programa de misiles del régimen iraní y sus intervenciones en la región”.

De otra parte el mensaje al régimen iraní es “si queréis que el acuerdo nuclear se mantenga, que se levanten las sanciones y llegue capital extranjero debéis acceder a complementar el acuerdo nuclear con un segundo o un tercer acuerdo; debéis dejar vuestro programa de misiles y detener la intervención en los países de la región así como sacar vuestras fuerzas de Siria e Irak”.

La reacción del régimen a este mensaje ha tenido dos aristas: el grupo cercano al líder Ali Jamenei rechaza vehementemente cualquier clase de negociación sobre los así llamados “elementos de poder” del régimen, atacando ferozmente a la facción cercana al presidente Rouhani incluso tildándoles de “traidores”. “Ahora que Occidente cree que han tenido éxito en detener el programa nuclear de Irán a través del acuerdo nuclear ahora dirigen su atención a otro aspecto del poder iraní como es su programa de misiles. Ahora, si alguien en el país empieza charlas sobre ellos, no puede decir que no sabía de qué se trataba” dice la agencia de noticias Arya el 12 de noviembre del 2017. Esta facción advierte: “la apertura de una oficina de la UE en Teherán es un chantaje político pues la principal preocupación de esa oficina será el tema de derechos humanos” (web del diario Raja, 12 de noviembre de 2017).

Mientras tanto un diario cercano a Rouhani publicó explícitamente que “la Unión Europea tiene la habilidad de detener las amenazas contra Irán, si Irán coopera con los europeos en algunos temas. No debemos perder a la UE, incluso si nos vemos obligados a pagar un precio” (diario estatal Arman, 11 de noviembre de 2017).

La razón por la cual el grupo cercano a Jamenei reacciona de manera histérica a la apertura de la oficina de la UE en Teherán es porque la Unión ha declarado que abrir una oficina allí sería condicional a que el régimen acepte un segundo y un tercer acuerdo similares al nuclear pidiendo al régimen detener el programa de misiles y sus intervenciones en la región. Así que abrir esta oficina de la UE se ha convertido en un símbolo de la capitulación del régimen a firmar este segundo y tercer acuerdos. Los conflictos entre las facciones rivales del régimen sobre esta misión implican que ha habido charlas secretas entre el régimen y la Unión.

Otro factor más que se agrega al temor del régimen de perder su programa de misiles y la capacidad que gana al exportar terrorismo es el rol que la UE podría jugar en poner al régimen ante sus violaciones a los derechos humanos. El mismo factor al que el vicepresidente de la rama judicial Mohammad-Javad Larijani se ha referido (agencia de noticias del poder judicial Mizan, 12 de noviembre e 2017).

Pero en tanto Jamenei mande y hasta ahora ha guardado silencio en este tema, no es claro si el régimen accederá a la apertura de la misión de la UE o a firmar nuevos acuerdos. Pero el silencio también podría señalar que ha dado luz verde a charlas secretas. Es muy probable que actúe de nuevo como lo hizo en las negociaciones nucleares tomando una posición doble. Hacia su público Jamenei se muestra desafiante ante Europa y declara que cualquier negociación sobre misiles y la exportación del terrorismo del régimen es una línea roja, pero en secreto puede haber autorizado a Rouhani a iniciar negociaciones e incluso puede estar supervisándolas cercanamente.

Es también posible que Jamenei acuda a medidas desesperadas –como lanzar un misil a Riad- para ganar una mejor posición en la balanza de poder y presionar al lado contrario a hacer concesiones: un intento que se ha probado fallido y ha jugado contra el régimen elevando la sensación internacional de que es necesario frenar el programa de misiles del régimen. En cualquier caso Jamenei no tiene otra opción que beber un segundo y tercer “cáliz de veneno” como llamó al acuerdo nuclear, o enfrentarse a toda la comunidad internacional: una elección entre un suicidio del régimen o su muerte.