El temor de los altos mandos iraníes y del Líder Supremo Ali Jamenei a posibles levantamientos populares y a una escalada en la lucha de poder entre facciones del régimen ha alcanzado un nivel sin precedentes. Jamenei pronunció un discurso al respecto en un encuentro de miembros de la Guardia Revolucionaria señalando la importancia del tema.
“Si se rompe alguna ley o se cometen inmoralidades durante las elecciones, estás serán contra nuestros intereses. Cualquiera que intente algo contra la seguridad nacional seguramente recibirá una fuerte bofetada en la cara” dijo.
“Uno de los principales objetivos del enemigo, tal vez el más importante, es el de poner en riesgo la seguridad nacional… su objetivo a largo plazo es el derrocamiento del principio Islámico” agregó Jamenei.
Al usar el término “enemigo” Jamenei de hecho se refiere a nada más que su propio pueblo que protesta. Con este objetivo advierte a los candidatos de la farsa de elección “no continuar con ninguna de las medidas del enemigo para favorecerlo”.
Es importante recalcar en las declaraciones de Jamenei: “un cambio en el carácter no es diferente a un cambio en la estructura. Por este camino, el cambio en el comportamiento, se pretende aniquilar el establecimiento Islámico” una vez más demostrando que el fascismo religioso no puede ser reformado (medios estatales 10 de mayo).
Un diario asociado a las milicias Basij de la Guardia Revolucionaria citó a un cuadro de la facción de Jamenei advirtiendo a los funcionarios del régimen de no desvelar sus escándalos mutuos: “estáis sentados en un barril de pólvora… os advierto sobre las masas de odio y rabia que hay detrás de los muros… sobre los millones de jóvenes y viejos que se sienten heridos. Tengan la seguridad de que si se nos viene la tormenta no podréis huir, los caminos estarán cerrados y ni podréis alcanzar las escaleras de un avión como hizo el Shah… la amenaza real está en las protestas locales” dijo al diario Javan el 9 de mayo.
El Brigadier General Eskandar Momeni, segundo al mando de la policía iraní, también expresó su preocupación al respecto.
“Los monafeqin [término usado por el régimen iraní para referirse a la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán] y los enemigos del estado se han preparado para lanzar el caos, la sedición y protestas en todo el país… lo vimos en la sedición del 2009. Por tanto debemos tener mucho cuidado e impedir que cunda esta ola en la sociedad”.
Procedió a describir las unidades antidisturbios de la policía como “las unidades más profesionales, rápidas y con experiencia en el aparato policial” y la fuerza más efectiva para apaciguar “a los disruptores del orden y la seguridad” y “el último golpe de la policía” (agencia de noticias Tasnim, afiliada a las fuerzas Quds de la Guardia Revolucionaria, Mayo 11).
El mismo día el vice comandante de la policía Zolghadri afirmó que más de 260 mil personas están directamente involucradas en el operativo de seguridad para las elecciones. Por supuesto una gran parte del ejército, las unidades de policía, los agentes de inteligencia en las áreas de frontera, caminos, patrullas, puntos de control y otro personal de inteligencia están activos en el operativo y seguramente esto se irá intensificando durante la semana. Zolghadi agregó que cualquier marcha o evento en calles, parques y plazas será prohibido y castigado.
Como resultado, la farsa de elecciones que tienen como objetivo ser una demostración de fuerza se convertirá en una vez más otra lucha interna de poder. Las facciones del régimen luchan por preservar el establecimiento de su caída y obtener una parte mayor del robo de las riquezas del pueblo.
Como anunció ya la Resistencia Iraní, cualquiera que sea el resultado de esta farsa de elecciones el régimen en su totalidad se debilitará y sus crisis domésticas e internacionales seguirán creciendo.