Por: Ali Safavi*
En los últimos años, diplomáticos iraníes han venido agitando la bandera de una “fatwa”, o decreto religioso, en la cara de los gobiernos occidentales con el objetivo de hipnotizarlos hacia el abismo de unas negociaciones. Los iraníes alegan que la fatwa fue emitida por el Líder Supremo Ali Khamenei y que prohíbe el desarrollo y el uso de armas nucleares. De entrada esto podría sonar extraño a una mente diligente, si no directamente absurdo y ridículo. ¿El régimen iraní espera engañar a Occidente diciendo que no buscarán la bomba nuclear con una inocente promesa?
Sin embargo, sorprendentemente altos diplomáticos de Washington se han visto cegados ante el brillo de la misteriosa fatwa. La culminación de esta extraña saga fue la declaración hecha por el Presidente Obama: “Realmente creo que hay una base sentada para una resolución (porque) el líder supremo de Irán ha decretado una fatwa contra el desarrollo de armas nucleares”, dijo en una reunión en la Casa Blanca tras llamar a su contraparte iraní Hassan Rouhani.
Esto es irónico y peculiar.
Es irónico porque ha habido muchas fatwas emitidas por Khamenei y su predecesor, así como otros regímenes clericales, que expresamente han respaldado el asesinato a sangre fría, terrorismo, discriminación religiosa, abuso a mujeres, tortura a prisioneros políticos, el derramamiento de la sangre de disidentes y muchos otros actos horrendos, incluyendo la masacre de 52 iraníes disidentes, miembros de la principal oposición iraní, los Mujahedin-e-Khalq (MEK) en el vecino Irak, el pasado primero de septiembre. ¿Por qué no usar estos hechos como base para abandonar cualquier compromiso con un régimen bárbaro?
Y, es particular porque esta fatwa es un engaño. La lista de casi 500 fatwas, que se reporta han sido emitidas por Khamenei, deja en claro que a pesar de todo el ruido hecho durante los últimos años, no hay ninguna evidencia creíble de que tal fatwa existe. En julio pasado, la Agencia de Noticias Fars, afiliada al Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica (IRGC) publicó la lista a partir del 2004. Ninguna mencionaba la prohibición a armas nucleares.
Incluso a Khamenei se le preguntó directamente si es “prohibido obtener armas nucleares” y respondió por escrito que tal pregunta no tiene “ningún aspecto jurisprudencial”, así que no es posible responderla. En otras palabras, directamente no puede ser sujeto de decretos religiosos.
Dos inquietantes preguntas permanecen:
Primero, en el verano de 19988 el predecesor de Khamenei, Khomeini decretó una fatwa ordenando el asesinato de todos los prisioneros políticos a lo largo y ancho de Irán que se opusieran al régimen. En contraste con el engaño de Khamenei, la fatwa original escrita a mano por Khomeini fue publicada por su sucesor designado Ayatolla Hossein Ali-Montazeri. Como resultado, de acuerdo a Amnistía Internacional, “ejecuciones en gran parte secretas, extrajudiciales y masivas” se llevaron a cabo. Cientos murieron, la gran mayoría de ellos miembros o simpatizantes del MEK. Este año se cumplen 25 años de esta masacre, que el Parlamento del país vecino del norte de Estados Unidos, Canadá, describió recientemente como “genocidio”. Ya que Obama se apoya en una fatwa de Khamenei para una decisión política mayúscula ¿usará la fatwa real de Khomeini como base para reivindicar los valores principales de la Constitución Americana, terminar 25 años de silencio y finalmente pedir a las autoridades del régimen iraní -incluyendo a Rouhani, Ministro de Justicia, quien fue miembro de la comisión de tres hombres que implementó la fatwa- a que comparezcan frente a un tribunal internacional bajo cargos de genocidio? Si no, ¿por qué no?
En segundo lugar, en enero de 1988, el patriarca de la República Islámica Khomeini definió la base de la “tutela absoluta” de los clérigos -conocida como el principio de velayat-e faqih- y dijo en términos muy claros que nada, ni siquiera los “decretos primarios” del Islam (ni hablar de los decretos de Khamenei) eran superiores al imperativo de preservar el régimen. Recriminando a su eventual sucesor Khamenei, quien se había salido del orden al cuestionar el dominio absoluto del Líder Supremo, Khomeini escribió: “El vali-e faqih [Líder Supremo] tiene el poder para abrogar unilateralmente los compromisos religiosos tomados con el pueblo que encuentre contrarios a los intereses de la nación y del Islam. Puede prohibir cualquier asunto religioso o no-religioso contrario a los intereses del Islam.”
¿Está realmente preparado el Presidente Obama para jugar el asunto de más alta prioridad en su agenda de política exterior a lo que en el mejor de los casos es un engaño, y en el peor una táctica engañosa para involucrarlo en otra serie de negociaciones prolongadas e infructuosas? ¿Está preparado para dejar su cargo mientras deja al mundo un régimen fundamentalista armado nuclearmente en Irán?
*Safavi es miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Concejo Nacional de la Resistencia Iraní, que busca reemplazar la teocracia en el poder en Irán por una república democrática, secular y no-nuclear.
Este artículo fue originalmente publicado en The Hill