El reciente ataque terrorista, el pasado 15 de junio, que dejó 2 muertos y más de 70 heridos, probó una vez más que la cuestión más urgente ahora es la seguridad de las 3.100 personas atrapadas en el Campo Liberty. La única solución práctica, mientras no ocurra la relocalización, es su regreso a Ashraf.
Reportes indican que las Fuerzas Quds del régimen iraní, bajo orden del líder supremo de Irán Ali Khamenei, y en coordinación con las fuerzas de seguridad del gobierno iraquí, tomaron parte de este feroz ataque en horas del almuerzo del sábado pasado, lanzando 40 cohetes contra los indefensos refugiados iraníes. Esta atrocidad fue planeada para coincidir con la farsa de elecciones presidenciales en Irán.
Hemos escrito en múltiples ocasiones al Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-Moon advirtiendo que otra atrocidad era inminente y que su desacreditado enviado en Irak, Martin Kobler, pasaba más tiempo tranquilizando los brutales gobiernos de Irak e Irán que velando por los intereses de estos 3.100 refugiados, que debían estar a su cargo. Los ataques del pasado sábado se erigen como la más clara señal del fracaso de las Naciones Unidas para proveer siquiera la más mínima seguridad a estos refugiados.
Ni un solo casco o chaleco antibalas ha sido provisto a los residentes del Campo Liberty a pesar de nuestros reiterados llamados tras los últimos dos ataques de cohetes, uno de los cuales en febrero pasado tomó la vida de 8 personas. Ni una sola T-wall de concreto ha sido devuelta al campo, a pesar del hecho de que cientos de ellas están en el área circundante al campo.
Los 300 miembros del Parlamento Europeo que firman este llamado han criticado fuertemente “a la Baronesa Ashton y a los Estados Miembros de la Unión Europea quienes han permanecido en silencio frente a este crimen, permitiendo así que el régimen iraní y el gobierno de Irak continúe su programa de asesinato y agresión”.
Parece más que nunca que la transferencia rápida de estos refugiados a terceros países es un mito, y, a pesar de las falsas promesas de Martin Kobler, tras un año y medio sólo un minúsculo porcentaje del total de la población ha sido enviado fuera de Irak. Los 300 eurodiputados han pedido que los residentes de Liberty sean de inmediato llevados de vuelta a Ashraf donde tienen una relativa seguridad y que de allí sean relocalizados a terceros países más seguros. También han hecho llamados al Secretario General de Naciones Unidas para que reemplace a Martin Kobler en Irak.
Struan Stevenson
Presidente de la delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con Irak
Líder – Grupo “Amigos de un Irán Libre”