CNRI – El miércoles 20 de septiembre una gran multitid de activistas por los derechos humanos, políticos y miembros de la diáspora iraní se reunieron frente a la Asamblea General de la ONU en Nueva York para protestar por la presencia del presidente Hasán Rouhani en el evento.
La Sra. Rajavi, presidenta electa de la Resistencia Irani envió vía satélite este mensaje a la manifestación:
“Queridos compatriotas, amigos de la Resistencia Iraní, os saludo y celebro esta manifestación y vuestra perseverancia. El pueblo iraní está orgulloso de vosotros.
Quisiera agradecer a las distinguidas personalidades que se han unido a este evento en solidaridad con la Resistencia del pueblo de Irán
Vuestro encuentro es el eco de los gritos del pueblo iraní y de la voz de la comunidad internacional indignada por la admisión del presidente de un régimen inhumano en la Asamblea General de la ONU.
Este año la participación de Rouhani en la Asamblea General coincide con el informe de la Relatora Especial para los derechos humanos de Naciones Unidas para Irán quien por la primera vez centra su atención en la catastrófica masacre de prisioneros políticos en 1988.
La Relatora ha recordado las ejecuciones de miles de hombres y mujeres bajo el edicto de Jomeini y su entierro en fosas comunes. Pidió una investigación independiente y efectiva sobre este crimen y la revelación de la verdad.
El informe, emitido a la Asamblea General con una nota del Secretario General, es uno de los logros de la campaña por justicia para las 30.000 víctimas de esta masacre de 1988.
El informe también es un documento válido para cuestionar la admisión del presidente del régimen a las Naciones Unidas. Nuestra petición, que es la petición de nuestra nación oprimida, es la expulsión del presidente del régimen de la masacre de Naciones Unidas.
No permitan que el palco de las Naciones Unidas sea púlpito para defender a un estado patrocinador del terrorismo y a un régimen tiránico brutal. Un régimen que ha violado todas las leyes y convenios internacionales y ha atropellado todos los 03 artículos de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre
Durante años el régimen ha rechazado las peticiones de los relatores de la ONU, particularmente de los relatores para los derechos humanos, de visitar Irán. El fascismo religioso de Irán no tiene cabida en Naciones Unidas y debería ser expulsado.
Rouhani ha reconocido personalmente que el régimen no ha hecho más que ejecutar y torturar durante 38 años y por tanto no debe ser aceptado por Naciones Unidas.
Más de 3.000 personas fueron ejecutadas durante el primer mandato de Rouhani. En el mismo periodo, el presupuesto bélico del régimen excedio el de lo los años precedentes. Cada año Rouhani gastó una inmensa parte de los ingresos del país en la masacre del pueblo sirio y en las destructivas intervenciones del régimen en Irak y Siria. Hoy su cabinete está formado por personas que estuvieron en las comisiones de la muerte ordenando la masacre de prisioneros políticos o que esuvieron en altos cargos del Ministerio de Inteligencia a cargo de torturas y ejecuciones.
Y los compromisos de este régimen no son más que expandir el programa de misiles del régimen y continuar fabricando armas para proseguir con la beligerancia y el terrorismo en Oriente Medio.
Debo reiterar que mientras la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas mantengan sus puertas abiertas a los asesinos del pueblo de Irán, estos continuarán con sus abusos y su belicismo.
La hora ha llegado para que la comunidad internacional y especialmente los gobiernos occidentales dejen de ser complacientes y dejen de hacer concesiones a la dictadura religiosa que gobierna Irán y acaben con su silencio y pasividad ante los crímenes de esta en el país y en el extranjero
La comunidad internacional debe hacer que el régimen iraní detenga la masacre de su pueblo y reprima sus protestas legítimas. El mundo debe terminar con los crímenes del régimen en los países de la región.
El régimen clerical está en una posición muy débil y necesita sus relaciones con Occidente más que nunca. El pueblo iraní espera que los gobiernos democráticos del mundo condicionen cada compromiso económico con Teherán a una moratoria en las ejecuciones. Deben tabién reconocer la masacre de prisioneros políticos en Irán de 1988 como crimen contra la humanidad y Nacioens Unidas debe pedir una comisión para investigarla.
De igual manera el Consejo de Seguridad debe implementar una corte especial o enviar el caso de la masacre de 1988 a la Corte Penal Internacional para juzgar a los líderes del régimen.
Todos los gobiernos, y en particular Estados Unidos deben bloquear los canales de comercio con la Guardia Revolucionaria y sí, la expulsión de esta fuerza de Irak, Siria y Yemen es la única solución a los problemas de Medio Oriente.
Por supuesto nuestro pueblo intenta derribar la dictadura religiosa que reina en el país. Como lo señaló una vez el líder de la Resistencia Iraní Massoud Rajavi: “mientras el régimen de los mulás exista su derrocamiento es nuestro derecho inalienable y el derecho de nuestra gente”.
Queridos amigos,
Hoy el cambio de régimen en Irán está mas cerca que en cualquier otro momento. Podéis verlo en la resistencia de nuestros héreos, en la huelga de hambre de los prisioneros políticos y en el movimiento del pueblo de Kurdistán que protesta contra el bárbaro asesinato de portadores.
Esta inquierud social es también evidente en las protestas de maestros, enfermeras, trabahadores, estudiantes y ciudadanos cuyas propiedades han sido robadas por agencias del gobierno.
Estos hechos revelan la verdad y esta es que el pueblo de Irán quiere un cambio fundamental en el país como nuca antes. Para lograrlo cada uno de vosotros tiene una gran responsabilidad de tomar la oportunidad y volverla una fuerza efectiva contra el mando de los mulás Esto solo será posible con vuestras manos. Aceptar vuestra resonsabilidad y hacer estos esfuerzos vale más que cualquier otra cosa.
Llamo a todos a ayudar a expandir la campaña para derrocar la tiranía religiosa de los mulás y su régimen clerical en Irán.
Os saludo a todos,
Que viva la libertad.