CNRI – El siguiente es el texto del mensaje de Maryam Rajavi, presidenta electa de la Resistencia Iraní para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores:
Apreciados trabajadores,
Queridos compatriotas que han sido despedidos o están desempleados,
Millones de hombres y mujeres honorables que han sido forzados a vivir atemorizados, en indigencia e inseguridad a causa de despidos, contratos falsos o temporales y trabajo no remunerado,
Los saludo a todos en el Día Internacional del Trabajo.
A pesar de que los déspotas gobernantes han hecho la vida sombría y amarga, nosotros al contrario de los mulás celebramos el Día Internacional del Trabajo como símbolo universal de la lucha de los trabajadores, un día que celebra la emancipación del hombre contra la opresión y la explotación. Porque hay una fuerza potente en vuestro sufrimiento y vuestra voluntad de terminar el dolor y traer la libertad y la emancipación.
Permítannos recordar en este día al combatiente trabajador y valiente prisionero político Shahrokh Zamani quien fue a prisión por sus esfuerzos para establecer sindicatos fuertes y perdió la vida el año pasado por las presiones inhumanas y el tratamiento dado por los verdugos de Jamenei en prisión.
Permítannos saludar a los trabajadores en prisión que resisten en los calabozos del régimen y a los valientes trabajadores que arriesgan su propia suerte para protestar por las violaciones a los más básicos derechos y libertades.
Los trabajadores tuvieron un año récord el año pasado llevando a cabo numerosas protestas, huelgas, marchas y reuniones y entonando protestas en diferentes instalaciones productivas de cada provincia.
Viajaron también de muchas provincias a la capital para llevar a cabo protestas frente al parlamento de los mulás, la oficina del presidente, los ministerios, la Fundación Mostaz’afan, y otras oficinas gubernamentales. Al hacerlo señalaron que los que trabajan arduamente en Irán ven a la dictadura religiosa gobernante como una fuente de desgracia para la mayoría del pueblo iraní. Y correctamente, pues son los primeros responsables de la explotación, la opresión y la agresión contra los derechos de los trabajadores.
El año pasado obreros perdieron su trabajo y sus medios de vida en una incesante tendencia hacia la bancarrota en las fábricas del país que llevó a cerrar hasta el 60% de los centros industriales. No pudieron ni siquiera recibir sus sueldos atrasados.
La venta y fraudulenta subasta de las fábricas, la corrupción económica y la expansión de los mercados negros, así como la bancarrota de los bancos y el aumento en las importaciones de bienes importados, tuvieron en los trabajadores iraníes a sus principales víctimas.
También la traidora política de asignar una faraónica cantidad de los ingresos del país en la guerra y masacre de Siria ha hecho a los trabajadores iraníes aún más pobres y despojados.
Por años el salario mínimo de los trabajadores se mantuvo en un dólar por hora. Su poder de compra sin embargo ha caído un 187% desde el 2009. De acuerdo a funcionarios del régimen el 60% de los trabajadores no pudieron ni siquiera cobrar un salario mínimo, mientras que el salario de un dólar por hora no es ni siquiera un cuarto del salario de algunos de los países cuya economía está en estado más crítico, como Grecia.
El tsunami de despidos y cierres se ha intensificado durante el gobierno de Rouhani, y grupo tras grupo de trabajadores se une al ejército de los desempleados cada día. Estimaciones oficiales ponen el número de parados en más de un millón. Durante los últimos dos años 166.000 trabajadores industriales han perdido su trabajo. Los que no lo han perdido están bajo la presión de no recibir su salario, y no tienen ninguna seguridad pues son obligados a firmar contratos falsos o temporales para conseguir el puesto de trabajo.
Según el Ministerio de Trabajo del régimen iraní el 93% de la fuerza de trabajo del país trabaja bajo esos contratos. Este es uno de los planes más crueles del régimen para subyugar a los trabajadores y convertirles en mano de obra barata.
Los trabajadores iraníes están entre los peores pagados del mundo y los más vulnerables pues están frente a una constante amenaza de perder su puesto.
A pesar del terrible estancamiento en Irán es la desidia de los mulás gobernantes lo que más contribuye a la suerte de los trabajadores en su victimización como resultado de políticas criminales.
Las diferentes facciones del régimen también comparten el interés de saquear el producto de las vidas y energías de los trabajadores y reprimen sus legítimas protestas. Es por esto que sus condiciones se deterioran cada vez más como lo certifican cifras y reportes oficiales.
Otra mancha en el historial del régimen clerical son las condiciones de vida de los trabajadores en sus barrios residenciales en todo el país como la región Pars Sur, Asalouyeh y Nakhl Taghi.
En su publicidad los mulás llaman a Asalouyeh la “Gran Civilización Petrolífera” de la nación o “Capital de la Energía”. Sin embargo en realidad han apilado a decenas de cientos de trabajadores en pequeñas, sobrepobladas e insalubres habitaciones llenas de insectos. Los obreros reciben poca comida y de baja calidad y sufren frecuentes intoxicaciones. Su transporte es bastante viejo y cada día un número considerable de trabajadores muere en accidentes de tránsito. El agua es prácticamente un recurso inexistente, las clínicas no son adecuadas y las drogas son fáciles de encontrar. De esta manera los obreros son condenados a vivir en condiciones cercanas a la esclavitud en esta ciudad industrial.
Los mulás hicieron de la pobreza y la destitución pilares de su mando. No quieren ni son capaces de cambiar esta situación en lo más mínimo, es por esto que es imposible adquirir un mínimo de derechos para los trabajadores iraníes sin un cambio de régimen.
La libertad de organizarse libremente, el derecho a la huelga y la protesta, la abolición de los contratos temporales, la disolución de los mega-contratistas, el pago a tiempo de los salarios y otras demandas anteriores como la provisión de salud y de pagos de desempleo amenazan la existencia del régimen porque traen libertad a los trabajadores en diversos grados. Al lograrlo cada una de estas peticiones está ligada al cambio de régimen.
Valientes trabajadores,
El régimen de los mulás lleno de crisis es vulnerable ante vuestra unidad de acción y lucha conjunta. Vuestra persistencia en pedir vuestros inalienables derechos es parte de la lucha de toda la nación para derrocar la tiranía religiosa que gobierna.
Una mirada a la historia de la resistencia contra el régimen clerical revela que los trabajadores siempre han tenido una brillante presencia en el movimiento, publicando diarios para los trabajadores y en las luchas de los primeros años tras la revolución y a través de los años en el Ejército de Liberación Nacional.
El día se acerca en el que los valientes trabajadores de Irán y la valiente juventud del país formen las unidades del Ejército de Liberación que de la mano de todos los opositores al régimen se levanten para lograr sus libertades y logren el gran derecho nacional a nuestra soberanía.
El día se acerca en el que el pueblo oprimido de Irán logre sus derechos fundamentales, libertad, justicia social, igualdad y el bienestar que merece en un Irán libre.
Feliz Día Internacional del Trabajo a todos vosotros
30 de abril de 2016