En los medios de comunicación estatales y en declaraciones oficiales, altos funcionarios iraníes han hecho recientemente comentarios sin precedentes sobre la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (OMPI/PMOI o MEK), su impacto en la sociedad y su papel en las políticas internacionales.
Durante años, la política estatal ha sido guardar silencio sobre el MEK y su impacto, tanto nacional como global. La reciente avalancha de comentarios y declaraciones refleja un cambio en la política del régimen a este respecto. El nuevo enfoque se deriva de una presencia sin precedentes del MEK en los asuntos internos. La conciencia pública sobre las actividades del grupo ha dejado al régimen incapaz de continuar su práctica de negación.
Además de los comentarios oficiales que defienden la brutal represión contra el MEK, los reporteros de la televisión estatal salen a las calles para reflejar el llamado “disgusto público” contra la organización. En espectáculos organizados a toda prisa, se pretende que la población, especialmente los jóvenes, no confíen en el MEK.
Al mismo tiempo, el régimen de Irán no puede ocultar su temor al creciente efecto de la receptividad del público a la llamada “propaganda del MEK en las redes sociales que ingresan a nuestras casas”.