Un llamado de atención a Occidente
Los ataques de Bruselas exigen una nueva estrategia
The Washington Times – Por Mohammad Mohaddessin
Miércoles 30 de marzo de 2016
Los despiadados ataques contra el aeropuerto y una estación de metro en Bruselas que han dejado al menos 31 muertos y cientos de heridos, fueron un crimen contra la humanidad bajo cualquier estándar. De nuevo plantean la misma pregunta que la comunidad internacional enfrentó tras el 11 de septiembre de 2011: ¿cómo responder al terrorismo cometido a nombre del Islam?
La respuesta correcta terminaría efectivamente con el crecimiento del violento extremismo islámico. La respuesta incorrecta llevaría a mayores amenazas.
En mi libro de 1993 “Fundamentalismo Islámico: La nueva amenaza global” argumenté que a pesar de que las raíces teóricas de este terrible fenómeno datan de las primeras décadas del Islam, fue solo después del establecimiento de la teocracia en Irán que el fundamentalismo islámico se volvió la amenaza global que es hoy en día. Mientras las diferencias entre fundamentalistas chiitas y sunitas son mínimas, tienen un objetivo mayor común: establecer un “gobierno Islámico” para imponer la “ley Shariah”.
También dije en ese libro que solamente un Islam democrático puede ser el gran desafío a las interpretaciones fundamentalistas.
En ese momento mi libro fue recibido como una exageración de un opositor al régimen iraní. Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre el mundo vio la brutalidad del fundamentalismo de primera mano, y tras ello Estados Unidos cometió un error estratégico mayor al invadir Irak.
Al cometerse errores subsecuentes Irán logró dominar Irak, circunstancia que Teherán explotó para proyectarse como potencia en crecimiento en Oriente Medio. Al ser Teherán el corazón del fundamentalismo el terreno estaba puesto para la emergencia y expansión del EI como contraparte sunita al fundamentalismo chiita de Irán.
Quince años después Europa está enfrentando lo que podría ser su propio 11 de septiembre. Y Teherán está a punto de aprovechar la oportunidad una vez más, libre del peso de las sanciones, con los cofres llenos de decenas de miles de millones de dólares frescos.
La solución al fundamentalismo Islámico no es compromiso con su padrino en Irán; es exactamente lo contrario. Y debe incluir inquebrantable apoyo a la destitución del presidente sirio Bashar Assad. Después de todo la brutalidad del Sr. Assad y el sectarismo iraní son los principales contribuyentes al paisaje social que ha permitido al EI atraer más sunitas a su ideología extremista. Al remover estas condiciones la ideología y las tácticas del EI colapsarán rápidamente.
El año pasado el presidente francés François Hollande dijo que si los Estados Unidos no hubiese dado un paso atrás en el último minuto en agosto del 2013 para castigar a Assad por sus ataques con armas químicas, el ataque terrorista contra Charlie Hebdo podría no haber ocurrido. Tal vez el ataque en París del 13 de noviembre tampoco hubiera ocurrido. Ahora sangre inocente ha sido derramada en Bruselas.
El Sr. Hollande tenía toda la razón. Occidente, en particular los Estados Unidos debería concentrarse en sus esfuerzos para derrocar al Sr. Assad en vez de buscar en lugares equivocados ayuda para la amenaza que representa el EI. Los esfuerzos para combatir al EI serán fútiles si no se derroca a Assad.
El Líder Supremo del régimen iraní Ali Khamenei, sus marionetas iraquíes y Bashar Assad han creado un suelo fértil para el crecimiento del EI al matar, según algunas cuentas, 470.000 personas en Siria y marginando y alienando a los sunitas de Irak.
Bajo la mirada de Washington Bagdad y Damasco se han convertido en campos de exterminio de las Fuerzas Quds iraníes y sus milicias criminales. Sin una alternativa viable los sunitas han sido forzados a elegir entre estos criminales y el Estado Islámico. Reemplazar a Assad y sus apoyos iraníes con un gobierno moderado e inclusivo daría a la población sunita una alternativa real.
No olvidamos que el principal aliado de Assad, el gobierno de los mulás iraníes, debilitado y vulnerable tras la farsa de elecciones parlamentarias, debió ceder en el cese al fuego en Siria. Un enfoque firme de parte de Estados Unidos y sus aliados europeos puede reforzar el inestable cese al fuego, abriendo un camino para que las negociaciones de Ginebra avancen. Si no es así el cese al fuego será la oportunidad que Teherán busca para otra masacre de inocentes en Siria.
No hay duda que la remoción del Sr. Assad marcaría el comienzo de una estrategia que podría llevar finalmente la paz para los pueblos de Siria, Irak e Irán. También removería una seria amenaza contra Europa.
Estados Unidos y Europa se encuentran frente a una decisión histórica. Las víctimas de los terribles ataques en Bruselas no habrán muerto en vano si estos gobiernos eligen optar por una solución a las crisis siria e iraquí. Elegir cualquier otro camino será juzgado con severidad por la historia
• Mohammad Mohaddessin es el presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán