CNRI – El politico estadounidense Ken Blackwell ha escrito una columna de opinión para “The Patriot Post” titulada “Los derechos humanos son la clave para confrontar a Irán” en la que señala que el cambio de política norteamericana hacia Irán es “imperativo”.
Blackwell escribe que el acuerdo nuclear de 2015 ha dado demasiadas concesiones al régimen iraní y ha fracasado en su objetivo de impedir que éste obtenga armas nucleares. Escribe: “el programa nuclear de Teherán continúa y sus instalaciones militares están fuera del alcance de los inspectores. Pero más importante aún, el acuerdo de la administración Obama ha resultado en una conducta aún más egregia de los ayatolás en su patrocinio al terrorismo y extremismo islámico, su cooperación con Corea del Norte en el desarrollo de misiles balísticos y en la represión al disenso al interior de su país”.
Esta política nueva, que no ha sido anunciada aún, extinguirá los fuegos del régimen iraní en todo Oriente Medio imponiendo sanciones a su interferencia en Siria y en Irak y a sus pruebas de misiles balísticos. Más importante aún, se concentrará en los derechos humanos y el permanente abuso que hace el régimen de estos.
La embajadora de los Estados Unidos a la ONU, Nikki Haley, dijo recientemente: “ahora más que nunca los derechos humanos importan. Lo decimos todo el tiempo: si el gobierno no cuida a su gente, ocurren cosas malas”.
En ningún país esto es más verdad que en Irán, el país con más ejecuciones por habitante en el mundo, en donde se han ejecutado al menos a cuatro menores durante este año y donde 89 más esperan en el corredor de la muerte. Un país en donde 30.000 prisioneros políticos, principalmente miembros del principal grupo de oposición iraní la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (OMPI/MEK) fueron masacrados en un crimen en el que todavía hoy no se ha hecho justicia.
Blackwell escribe: “los ayatolás llevaron a cabo una conspiración de silencio total sobre la masacre de 1988 por casi 30 años. Pero en agosto del 2016 fue publicada una cinta de audio donde se escucha una reunión en 1988 al heredero designado de Jomeini en ese momento, Hossein Ali Montazeri, criticar duramente a los oficiales responsables de la masacre y condenándola como ‘el peor crimen de la República Islámica’. La masacre de 1988 es sello distintivo de los espantosos abusos contra los derechos humanos del régimen iraní y ninguna de las facciones del régimen puede o quiere distanciarse de este horror”.
Este tema fue señalado también por Asma Jahangir, Relatora Especial de Naciones Unidas para la situación de los derechos humanos en Irán en su informe de septiembre a António Gutierres, Secretario General.
En este afirma: “hay una evidencia abrumadora que muestra que miles de personas fueron asesinadas de manera sumaria. Recientemente estos asesinatos han sido reconocido por algunas personas en los más altos niveles del Estado”.
Es por esto que debe haber una investigación especial sobre la masacre y por esto que Estados Unidos debería poner el tema de los derechos humanos en el centro de su política frente a Irán.
Blackwell agrega: “la Asamblea General de la ONU en este otoño verá una nueva resolución censurando los abusos contra los derechos humanos de Teherán, y esta Asamblea es el mejor lugar para empezar a pedir una investigación sobre esto. Hacerlo enviará una señal fuerte e inconfundible a los iraníes en su país y en el exterior de que Estados Unidos ha adoptado una nueva política orientada por la moral y que está de su parte. También demostrará a los mandos de régimen que la era de la impunidad se acabó. Pondrá a Estados Unidos en un pedestal moral al tratar con sus socios europeos en lo que respecta a la política iraní”.