Mahmoud Hakamian
Estados Unidos, desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo, ha tomado una posición dura contra el régimen iraní. La administración Trump ha tomado una serie de medidas para frenar la influencia maligna del régimen. En primer lugar, empleó una dura retórica contra las acciones de Irán, algo que el antecesor de Trump, el ex presidente Barack Obama, evitó. Luego puso a Irán “en aviso” como resultado de algunas de sus actividades beligerantes.
Luego, Trump anunció que Estados Unidos abandonaría el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), explicando que este no hizo nada para frenar la amenaza de Irán. Dijo que quería volver a negociar el acuerdo con Irán para que todo lo que se omitió en el acuerdo pudiera ser abordado. Irán se negó y aceptó las duras sanciones económicas que han estado creciendo desde entonces.
La economía del país está destrozada y el régimen iraní no puede hacer nada para remediar la situación. El liderazgo actual no puede arreglar años de corrupción generalizada y mala administración. Ha saqueado la riqueza de la nación en actividades terroristas y financiamiento a grupos y milicias satélites en toda la región.
En su búsqueda por aislar al régimen iraní, Estados Unidos ha encontrado cierta resistencia, en particular por parte de líderes europeos. La Alto Comisionada de la Union Europea para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, ha apaciguado al régimen clerical en varias ocasiones de una manera que no resulta halagadora ni para ella ni para Europa. Ella y otros líderes europeos dejaron en claro que querían preservar los lazos económicos con Irán y era obvio que no se preocupaban mucho por los valores humanos que deberían haberse puesto antes que cualquier negocio.
El régimen iraní ha aterrorizado a su propio pueblo durante décadas. En la actualidad la represión está siempre presente. La libertad en todo el país apenas existe y la gente es arrestada, abandonada en prisión e incluso ejecutada por expresar su disidencia o por atreverse a participar en manifestaciones o protestas.
Sin embargo las opiniones europeas están cambiando y parece que el régimen sufrirá más presión que nunca. Durante sus recientes visitas de estado a Europa, el presidente Trump fue muy claro en su postura con respecto a la beligerancia del régimen. Los funcionarios de su administración ya advirtieron que no permitirán que ningún país evite las sanciones de los Estados Unidos sin enfrentar las consecuencias.
El presidente francés, Emmanuel Macron, habló recientemente sobre el apoyo de Irán y la propagación del terrorismo en toda la región y tiene al régimen preocupado. El régimen esperaba dividir a Trump y sus contrapartes europeas, como casi sucedió cuando Trump hablaba de salir del acuerdo nuclear.
Los medios estatales en Irán están comentando la situación, señalando que los presidentes de Francia y Estados Unidos pueden dejar de lado sus desacuerdos y diferencias cuando se trata de Irán.
La presión es cada vez mayor y el régimen ciertamente va a tener que aguantarlo mucho más tiempo. Más sanciones económicas por parte de los EEUU y un cambio hacia una política más dura en Europa solo precipitarán su colapso.