Con las recientes ejecuciones en Irán, en particular las de prisioneros políticos, el régimen ha confirmado su objetivo de reprimir sistemáticamente a los disidentes. Al mismo tiempo, el juicio al diplomático y terrorista encarcelado Assadollah Assadi, que intentó bombardear el mitin de la oposición en 2018 en Francia, muestra que la purga sistemática de disidentes por parte de los mulás no conoce fronteras.
Desde su fundación en 1979, el régimen iraní ha considerado la exportación del terrorismo al exterior y la violencia doméstica como sus pilares de existencia. Las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, junto con los asesinatos políticos y las operaciones terroristas en todo el mundo, indican cómo el régimen hace caso omiso de las “preocupaciones” y la “condena” internacionales y continúa sus actividades malignas a raíz de la inacción de la comunidad internacional.
Este hecho fue confirmado en una carta de 40 miembros de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) de todos los grupos políticos el martes al presidente de este organismo Rik Daems.
“La política interna de represión y exportación de terrorismo y fundamentalismo al exterior ha sido la base de la estrategia de supervivencia de Irán durante décadas, y esta última ha sido apoyada por las embajadas de Irán en Europa”, se lee en la carta de los miembros de PACE de 21 países europeos.
Ha habido 27 ejecuciones en Irán desde principios de 2021. Recientemente el régimen ahorcó a un luchador profesional, Mehdi Ali Hosseini, a pesar de las protestas internacionales contra su ejecución. En diciembre, Irán ahorcó a Ruhollah Zam, un ex residente francés. Después de que los países europeos condenaron la ejecución de Zam, el Ministerio de Relaciones Exteriores del régimen convocó a sus embajadores y calificó esta ejecución como “legal” en el marco de la constitución de Irán.
Al igual que las violaciones de los derechos humanos, el terrorismo del régimen también está legalizado en la constitución del régimen, bajo el lema de “exportación de la revolución”. Las embajadas de Irán juegan un papel clave en la orquestación y facilitación de la exportación del terrorismo en todo el mundo, particularmente en Europa, utilizando la política de apaciguamiento de la Unión Europea.
El caso de Assadi, tercer secretario de la embajada de Irán en Viena, que intentó bombardear el mitin de la oposición en Francia en 2018, junto con otros tres terroristas, confirma el papel destructivo que juegan las embajadas del régimen y el Ministerio de Relaciones Exteriores en la propagación del terrorismo.
Assadi utilizó su pasaporte diplomático para transferir 500 gramos de explosivos TATP a Europa mediante un vuelo comercial. Dado el estatus de Assadi como “diplomático”, el Ministerio de Relaciones Exteriores del régimen y su jefe, Mohammad Javad Zarif, estaban al tanto de la operación y la estaban facilitando de buena gana.
Los miembros de la APCE destacaron el papel de la jerarquía de poder de Irán en esta operación terrorista, al tiempo que se refirieron a la conclusión del Servicio de Seguridad Nacional de Bélgica (VSSE), que declaró: “Los planes para el ataque se desarrollaron en nombre de Irán a pedido de su liderazgo “.
El atentado de 2018 podría haberse convertido en la operación terrorista más grande de Europa, ya que más de 100.000 personas, incluidos cientos de legisladores y figuras políticas de ambos lados del Atlántico, habían asistido a la reunión anual “Irán libre” organizada por el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI) en Villepinte, al norte de París.
Desde el arresto de Assadi, Zarif y su ministerio y el propio Assadi han estado insistiendo en la “inmunidad diplomática” para el diplomático-terrorista encarcelado por el régimen. Los fiscales belgas rechazaron esta afirmación citando una legislación belga de 2002, que subraya que incluso si Assadi tuviera inmunidad diplomática, las autoridades belgas podrían haberlo arrestado. También destacaron que incluso de acuerdo con la ley austriaca, las autoridades belgas tenían derecho a arrestar a Assadi. Además, dado que Assadi planeaba cometer un asesinato en masa, el derecho internacional permite a las autoridades despojar a Assadi de su inmunidad diplomática y arrestarlo.
La insistencia del régimen en la “inmunidad diplomática” de Assadi es el resultado de la débil política de la UE hacia el régimen y su terrorismo. Si bien Zarif viaja libremente a Europa y se reúne con los líderes europeos, ¿por qué su diplomático-terrorista no reclamaría “inmunidad diplomática” a pesar de que fue sorprendido con las manos en la masa?
El complot terrorista de 2018 requiere una política firme hacia el régimen de Teherán. Como lo destacaron recientemente 40 miembros de la APCE, el caso de Assadi subraya la necesidad “de una revisión de la política hacia Irán en todas las áreas [y] medidas serias y efectivas”, que incluían condicionar “cualquier relación económica y comercial con la República Islámica de Irán sobre la mejora de la situación de los derechos humanos en Irán y el fin del terrorismo del régimen en suelo europeo”.
Al recordar la “declaración del Consejo de la Unión Europea de fecha 29 de abril de 1997”, los legisladores europeos también exigieron que “los agentes y mercenarios de los servicios de inteligencia de Irán con cobertura diplomática, periodística y económica sean juzgados, sancionados y expulsados, y los centros con una cobertura religiosa o cultural que promuevan el terrorismo y el fundamentalismo deben cerrarse”, y agregó: “La concesión de asilo y ciudadanía a los agentes del Ministerio de Inteligencia y mercenarios debe ser una línea roja”.