El 4 de febrero pasado, un tribunal en Amberes, Bélgica, dictó su veredicto en el caso del diplomático y terrorista encarcelado Assadollah Assadi y sus tres cómplices por intentar bombardear la reunión de Irán Libre 2018 de la Resistencia iraní en París. Assadi fue condenado a 20 años de prisión, mientras que los otros tres terroristas, Nasimeh Naami, Mehrdad Arefani y Amir Saadouni, fueron condenados a 18, 17 y 15 años de prisión, respectivamente.
Este veredicto fue anunciado después de dos años y medio de investigación por parte del poder judicial belga y una severa lucha político-legal entre la Resistencia iraní y el régimen de los mulás.
A lo largo de este proceso, el régimen clerical trató de insinuar que Assadi tenía inmunidad diplomática basada en la Convención de Viena de 1961. Esperaba salvar de la condena al jefe de su red de terrorismo en Europa.
El régimen intentó salvar Assadi por las buenas o por las malas: gastó enormes cantidades de dinero, activó su red de lobistas y contrató a los abogados más caros. Finalmente, el régimen llegó a amenazar a Bélgica con posibles ataques terroristas, a través del propio Assadi. Pero finalmente el tribunal emitió su veredicto y la Resistencia iraní logró una enorme victoria en esta intensa campaña.
Esta victoria no dejó otra opción para el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del régimen, Saeid Khatibzadeh, más que quejarse del resultado del tribunal, después de varias horas de retraso.
“Desafortunadamente, Bélgica y algunos otros países europeos cometieron una acción tan ilegal e injustificable bajo la influencia de la atmósfera hostil del MEK [Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán] en Europa”, dijo Khatibzadeh el 4 de febrero.
El juicio de Assadi y sus cómplices fue de hecho un juicio contra todo el régimen de los mulás y todas sus facciones. El abogado de Assadi confirmó este hecho al quejarse ante el tribunal de que “mi cliente siente que es su gobierno el que está siendo juzgado, no él mismo”.
Además, Jaak Raes, jefe del servicio de seguridad del estado de Bélgica (VSSE), en una carta al fiscal fechada el 2 de febrero de 2020, dijo: “El plan de ataque fue concebido en nombre de Irán y bajo su liderazgo. No fue una iniciativa personal de Assadi”.
El veredicto del tribunal de Amberes y la condena de uno de los diplomáticos en servicio del régimen iraní tiene varias consecuencias políticas y estratégicas:
– Este veredicto puso fin a esta noción falsa y hueca de que el terrorismo se limita a algunos elementos o facciones “canallas” del régimen. Demostró la estrecha colaboración entre el Ministerio de Inteligencia y Seguridad (MOIS) del régimen y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Así, quedó claro que todo el régimen, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores y su Ministro Mohammad Javad Zarif, el llamado gobierno “moderado” de Hassan Rouhani, y el MOIS, están generalmente involucrados en el terrorismo y particularmente en la bomba de 2018. trama, bajo la supervisión del líder supremo del régimen, Ali Jamenei.
– La estrategia de chantaje y terrorismo del régimen recibió un gran golpe político y técnico. Desde un punto de vista técnico, la vasta red que Assadi había creado en Europa utilizando costos muy altos de activos saqueados de los desfavorecidos de Irán ahora ha quedado al descubierto. Ahora los países occidentales, principalmente Europa, deberían dar el siguiente paso para desmantelar esta red. La única forma de disuadir la política de extorsión y toma de rehenes del régimen es mantenerse firme contra estas acciones, no apaciguar al régimen ni retroceder frente a este.
– En una situación en la que el régimen clerical y los partidarios de la política de apaciguamiento soñaban con una nueva era de la política de apaciguamiento con la nueva administración asumiendo el poder en los Estados Unidos, el fallo de la corte mostró que el terrorismo está institucionalizado en el régimen. Por lo tanto, descuidar este tema y cualquier intento de acercamiento al régimen estará al servicio de más terrorismo por parte del régimen y una vergüenza.
– La sentencia judicial también deshonró la campaña de demonización del régimen contra el MEK utilizando la red del MOIS y los enormes fondos que el MOIS y el Ministerio de Relaciones Exteriores habían destinado a esta campaña. Quedó claro que nadie arremete contra el MEK y el liderazgo de la Resistencia iraní a menos que tengan un motivo subyacente. El verdadero motivo de estos ataques histéricos son los cientos de miles de dólares y euros que Assadi pagó a estos agentes durante sus viajes a varios países europeos.
Cuando se presentaron los documentos de pago durante la sesión del tribunal en Amberes, los jueces concluyeron que Assadi es un oficial de inteligencia de alto rango, que dirige una enorme red terrorista en Europa bajo cobertura diplomática.
Con la sentencia del tribunal y la condena del diplomático-terrorista del régimen clerical, el proceso judicial y el trabajo del Poder Judicial belga ha terminado, confirmando el terrorismo patrocinado por el estado del régimen iraní. Ha llegado el momento de que los gobiernos occidentales utilicen este impulso para adoptar una posición firme contra el terrorismo desenfrenado del régimen iraní.
Como ha dicho Maryam Rajavi, Presidenta electa del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI): “Ha llegado el momento de que la Unión Europea actúe. El silencio y la inacción bajo cualquier pretexto sólo animarán al régimen de los mulás a continuar con sus crímenes y terrorismo. El pueblo iraní espera que la UE revise su política de Irán y responsabilice a la teocracia gobernante”.
La evidencia innegable confirma que Zarif, el interlocutor negociador de Europa, no solo participó en el proceso de toma de decisiones del complot de 2018 como miembro del Consejo Supremo de Seguridad del régimen, sino que su diplomático actuó como comandante de campo y su ministerio proporcionó todos los medios y facilidades para que los terroristas lleven a cabo esta operación.
Ha llegado el momento de que la Unión Europea ponga fin a la desgracia de negociar con un individuo que estuvo involucrado en el intento de asesinar a disidentes iraníes y ciudadanos europeos.
Las embajadas del régimen deben cerrarse en toda Europa y los agentes del régimen, bajo cualquier nombre y título, deben ser expulsados. Ésta es la única forma de contrarrestar el terrorismo del régimen clerical.