Mansoureh Galestan
Un ex ministro de Asuntos Exteriores italiano ha criticado a las potencias occidentales por no reconocer los flagrantes abusos contra los derechos humanos durante la presidencia de Hasán Rouhani, en particular hacia los miembros de la resistencia iraní, la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI / MEK), lo cual se hace evidente con el reciente nombramiento de Ebrahim Raisi como Jefe del Poder Judicial de Irán.
Giulio Terzi, quien ha hablado en muchas conferencias y mítines de la OMPI durante años, explicó que Raisi fue miembro de la “Comisión de la Muerte” de Teherán durante la masacre de 30,000 presos políticos en 1988 y fue personalmente responsable de enviar a miles de personas a la muerte por su activismo pacífico, en su mayoría miembros de la OMPI. Terzi escribió: “La masacre fracasó en su objetivo, [la OMPI/MEK] ganó fuerza y popularidad en las siguientes tres décadas”.
La masacre de la OMPI se llevó a cabo durante un solo verano y muchos fueron enterrados en tumbas secretas sin identificación, y a sus familias nunca se les contó lo que les había ocurrido. En los 31 años transcurridos desde entonces, el Régimen ha seguido ocultando la masacre, incluso destruyendo las fosas comunes que contienen los cuerpos de los miembros de la OMPI para ocultar las pruebas.
Terzi escribió: “Raisi representa las peores características del poder judicial iraní. En el mejor de los casos, su nombramiento por el Líder Supremo Ali Jamenei señala el desprecio público del régimen por los principios internacionales de derechos humanos, y en el peor, prepara el escenario para un aumento dramático en los asesinatos por motivos políticos”.
De hecho, la masacre de la OMPI fue en respuesta a los crecientes llamamientos a la democracia, algo que se compara hoy en día con el levantamiento contra el régimen liderado por la OMPI que comenzó en diciembre de 2017. En 1988, el Régimen emitió una violenta represión, arrestando a más de 8,000 manifestantes y 50 muertos, solo en enero de 2018. Es evidente que, a pesar de todo la OMPI -que destaca la mala gestión económica de los mulás y los abusos desenfrenados de los derechos humanos- es la única alternativa viable al Régimen.
Terzi dijo que la represión y el nombramiento de Raisi fueron diseñados para enviar “un mensaje deliberado a la comunidad activista de Irán de que el régimen está listo para llevar a cabo más masacres”, destacando que el Régimen ha amenazado con ejecutar a los manifestantes, en algunos casos lo está llevando a cabo.
Terzi aconsejó en su artículo, titulado ‘Seis años después de la elección de Rouhani, la moderación es tan lejana como siempre para Irán’, que ahora es el momento para que los gobiernos europeos reconozcan que Rouhani no es una influencia “moderada” dentro del régimen iraní y pidió una investigación independiente sobre la masacre de 1988. Después de todo, Rouhani ha permitido que los asesinos y criminales sean nombrados para cargos superiores en el poder judicial iraní y ha nombrado a aquellos que participaron en la masacre de la OMPI en su propio gabinete en múltiples ocasiones. En el mejor de los casos, él es un leal servidor de Jamenei. En el peor de los casos, es otro más de la línea dura.
Terzi escribió: “Los políticos occidentales se han hecho los de la vista gorda ante su récord, debido a sus expectativas sobre la apertura de los mercados iraníes y el acceso al petróleo iraní. Esa actitud miope ya no puede ser un principio rector para las políticas occidentales hacia la República Islámica”.