Por Mahmoud Hakamian
El Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció recientemente que este país quiere que todas las importaciones de petróleo iraní se reduzcan a cero.
The US State Department recently announced that the United States wants to see imports of Iranian oil reduced to zero. Poco después de que se hizo el anuncio, varios países extranjeros ya han comenzado a prepararse para este escenario.
Los expertos ahora dicen que para finales de 2018, las exportaciones de petróleo de Irán podrían reducirse hasta en dos tercios. El mercado petrolero ya está bajo una gran presión debido a las interrupciones del suministro de petróleo en otras partes del mundo, por lo que la situación de Irán solo aumentará la escasez de suministros.
Inicialmente, Washington había dicho que quería detener por completo las importaciones de petróleo de Irán y dijo que no se otorgarían exenciones o excepciones. Sin embargo, dada la complejidad de la situación, la postura de los EE. UU. se ha ido aliviando significativamente y la administración ha anunciado que algunos aliados que dependen del petróleo de Irán pueden ser excluidos.
Sin embargo, los expertos dicen que las sanciones aún tendrán un gran impacto en las exportaciones de petróleo crudo de Irán. Se espera que en el peor de los escenarios se experimente una caída hasta de alrededor de 700,000 barriles por día (bpd).
Facts Global Energy (FGE), una empresa consultora de energía, cree que esta pequeña capacidad de exportaciones iraní será comprada principalmente por China. Otros países que podrían beneficiarse de una exención también recibirían alguna parte, esto podría incluir a Turquía e India.
El FGE también cree que 100.000 barriles por día de crudo condensado podrían terminar en China y potencialmente en Corea y los Emiratos Árabes Unidos.
Algunos predicen que China ignorará las sanciones de EE. UU. y continuará importando petróleo iraní. China es actualmente el mayor comprador de petróleo de Irán. Corea del Sur, Japón y Turquía son los siguientes principales compradores. La semana pasada se supo que Japón cumplirá con las sanciones de EE. UU. y detendrá todas las transacciones con Irán.
Corea del Sur también ha dicho que, a menos que obtenga una exención de los Estados Unidos, detendrá por completo sus importaciones de petróleo iraní.
Europa también es un importante comprador de petróleo iraní y varios países europeos ya han comenzado a recortar sus importaciones de manera significativa, aparte de Turquía, que ha dicho que no tiene intenciones de cortar las relaciones con Irán.
El pueblo de Irán apoya las sanciones ya que sabe que el régimen iraní está utilizando los ingresos del petróleo para financiar guerras en la región y para financiar el terrorismo y numerosos grupos de poder y milicias satélites.
La administración de Trump está adoptando una postura firme hacia Irán. Trump ha criticado al régimen por aprovecharse del acuerdo nuclear y ha culpado a la administración estadounidense anterior por desperdiciar la oportunidad de abordar a fondo el problema de la beligerancia iraní.
A fines del año pasado, el pueblo de Irán tomó las calles en lo que se ha convertido en el mayor levantamiento en la historia reciente en el país. Han estado pidiendo un cambio de régimen, ya que consideran que esta es la única forma de garantizar un futuro más próspero. Quieren un liderazgo que no saquee los recursos naturales del país y que respete la libertad, la democracia y los derechos humanos.