CNRI – En otra inhumana atrocidad, verdugos del régimen iraní ahorcaron a siete prisioneros el pasado 7 de junio en la prisión Adel-Abad de Shiraz. Estos prisioneros habían sido transferidos a confinamiento solitario dos días antes.
El sábado y domingo 45 prisioneros condenados a muerte, incluyendo tres mujeres, fueron llevados a confinamiento solitario en las ciudades de Karaj, Bandar Abbas y Urmia.
El sábado 22 prisioneros enfrentando la pena capital en la prisión Ghezel Hessar también fueron confinados en celdas solitarias. Al mismo tiempo, cinco presos en Karaj sufrieron la misma suerte. En Ghezel-Hessar estalló una confrontación entre la guardia de la prisión y los internos que se resistían a ser transferidos a las celdas solitarias. Los guardias golpearon e hirieron a los prisioneros. Un día después, el domingo otros once más, incluyendo a tres mujes, sufrieron el mismo traslado en la ciudad de Urmia como paso previo a la ejecución de su pena capital.
La semana pasada la presidenta electa de la resistencia iraní Maryam Rajavi describió la tendencia en aumento y sin precedentes de ejecuciones grupales y arbitrarias en Irán como una indicación del desespero del régimen frente a las irremediables crisis sociales y políticas y el temor del amplio descontento social. Dijo: “el silencio y la inacción de la comunidad internacional sobre las brutalidades y abusos sistemáticos en Irán con la excusa de las negociaciones nucleares o cualquier otra, pisotea los valores humanos y los derechos humanos y alienta al régimen fascista religioso en Irán a asesinar al pueblo y continuar sus esfuerzos para adquirir la bomba nuclear y exportar el fundamentalismo y el terrorismo”.
Secretariado del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán
7 de junio de 2015