El Representante Especial de Estados Unidos para Irán, Brian Hook, habló sobre el régimen iraní y el efecto que las sanciones están teniendo sobre él. Dijo que debido a las sanciones que Estados Unidos ha vuelto a imponer a Irán, muchos bancos en todo el mundo se muestran reacios a tratar con este país. Hook también sostuvo, como Trump y muchos otros funcionarios de su gobierno, que Irán es el principal patrocinador del terrorismo en todo el mundo.
El régimen iraní, incluido el presidente Hasán Rouhani, se jactó de ignorar las sanciones a su sector petrolero y de continuar exportando petróleo. Sin embargo, Hook ha advertido que las sanciones se impondrán en gran medida y que el régimen no se saldrá con la suya evitando sanciones como lo ha hecho en el pasado.
Hablando sobre el objetivo de las sanciones, dijo: “Impondremos nuestras sanciones vigorosamente … y negaremos a esta dictadura los ingresos que necesita para financiar actividades malignas en Europa y en todo el mundo”.
Hook también dijo que el plan de acción de la administración Trump es acelerar el camino para asegurar que Irán no pueda exportar su petróleo para que el mercado petrolero se estabilice.
El pueblo de Irán a menudo es ignorado en gran medida en los medios de comunicación tradicionales, pero están ejerciendo la máxima presión interna sobre el régimen. Han estado en las calles protestando y realizando manifestaciones contra el gobierno desde fines del año pasado. Saben que el régimen iraní es incapaz de reformarse y saben que nunca cambiará.
El régimen iraní ha tenido muchas oportunidades a lo largo de los años para reformarse y poner en primer lugar las cuestiones internas, sobre todo cuando se levantaron las severas sanciones económicas cuando se firmó el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA). Los miles de millones de dólares que se liberaron cuando los activos se descongelaron podrían haber mejorado significativamente la economía iraní, la infraestructura del país y la calidad de los servicios sociales. Sin embargo, el régimen iraní tomó la decisión de gastar miles de millones de dólares para apoyar a grupos satélites terroristas y milicias en toda la región.
Si bien el pueblo de Irán es el que finalmente sufre las consecuencias de las sanciones de los Estados Unidos, a pesar de que no son los objetivos, entienden que son necesarios.
Si no se presiona al régimen, continuará saqueando la riqueza de la nación en actividades malignas. Continuará apoyando a grupos de poder terroristas y milicias. Continuará provocando desastres ambientales en Irán. Seguirá siendo la amenaza número uno para la paz y la seguridad en la región. Y continuará negando al pueblo de Irán el más básico de los derechos humanos.
Ya más de cien empresas globales han dejado de comerciar con Irán porque no quieren correr el riesgo de quedar atrapadas en la mira de las sanciones de los Estados Unidos. El régimen está perdiendo su control sobre el poder rápidamente y es solo una cuestión de tiempo antes de que se derrumbe. Y no será un momento demasiado pronto, no solo para el pueblo de Irán, sino para toda la comunidad internacional.