• Daños causados por la catástrofe fueron empeorados por el siniestro accionar de la dictadura religiosa
• El único camino para superar esta calamidad es un levantamiento que derroque al régimen clerical
El 21 de noviembre pasado se realizó una ceremonia para conmemorar a las víctimas del temblor en la provincia de Kermanshah y en solidaridad con el afligido pueblo de las áreas afectadas. La Sra. Maryam Rajavi, presidenta-electa del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, extendió sus condolencias más profundas a las sufridas familias de las víctimas así como a los heridos y todas las personas que han sufrido este desastre. Pidió a la nación igualmente mostrar su solidaridad acudiendo en ayuda de los pobladores de la región afectada.
Maryam Rajavi afirmó que los daños y las víctimas en Kermanshah pudieron haber sido significativamente limitados. El régimen de los mulás sin embargo está construido para asaltar y reprimir a la gente, no para ayudarles durante una crisis. A diferencia de otros países, en momentos de emergencia y desastres naturales, cuando se deben movilizar todos los recursos para rescatar a las víctimas, la primera medida tomada por el Líder Supremo fue enviar a comandantes de la Guardia Revolucionaria y de las fuerzas Bassij así como fuerzas antidisturbios a las áreas afectadas, pues estaban convencidos que de no desplegar estas fuerzas, las regiones golpeadas por la tragedia se convertirían en zonas de protesta.
En la ceremonia realizada en Tirana, Albania, la Sra. Rajavi continuó: “las pérdidas humanas y materiales en Kermanshah son sólo parte de una calamidad mayor que sufrimos en Irán, un horrible terremoto llamado dictadura religiosa de los mulás”. Afirmando que la situación posterior al temblor de tierra es diez veces peor que la catástrofe misma, la Sra. Rajavi apuntó: “incluso aquellos rescatados de los escombros mueren ya sea por falta de cuidados médicos o por ser abandonados sin ninguna asistencia. Según los mandos del régimen la Media Luna Roja iraní tiene 26 centros de asistencia en 19 países asiáticos, africanos y latinoamericanos. Los mulás gastan decenas de miles de millones de dólares cada año en sus mercenarios de Hezbolá en el Líbano, en la guerra en Siria y en defender a su amigo dictador Bashar al Assad. Jamenei paga todos los gastos de las feroces milicias Hashd-as Sha’abi en Irak mientras que el país entero y la sociedad sufren una tremenda inseguridad frente a catástrofes naturales y sufre el saqueo de fraudulentas instituciones crediticias”
La Sra. Rajavi apreció igualmente el esfuerzo de sus compatriotas y en particular de los jóvenes y las mujeres que desafiaron las amenazas y las intimidaciones de las fuerzas de seguridad del régimen y acudieron en ayuda de las víctimas, anteponiéndolo a sus propias necesidades. Agregó: “el temblor de Kermanshah expuso dos realidades importantes qye se contrastan: de una mano el nivel de corrupción y fraude al interior del régimen en crisis y de otro lado el espíritu iraní de unidad y solidaridad para hacerle frente”. Dijo también que el amplio apoyo a las víctimas de parte de la sociedad iraní indica claramente su disposición y el creciente espíritu de resistencia y lucha contra el régimen al interior de la sociedad.
Posteriormente concluyó: “nuestro país debe romper las cadenas de la pobreza, la represión y la muerte. Debe ser liberado de la destrucción, la inestabilidad y la inseguridad, y el único camino para lograrlo es el derrocamiento de la totalidad del régimen clerical”. Pidió también al pueblo de Irán unirse en solidaridad para lograr esta meta nacional y patriótica.
Secretariado del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán
22 de noviembre de 2017