En mayo pasado el presidente de los Estados Unidos anunció que se retiraría del acuerdo nuclear. De igual manera anunció que reaplicaría sanciones y emitiría nuevas, asegurándose que se vea afectado todo el que continúe haciendo negocios con Irán. Su administración advirtió igualmente que no emitiría excepciones, con lo cual muchas compañías internacionales se retiraron de acuerdos firmados tras la implementación del acuerdo nuclear. La administración estadounidense también intenta bajar la exportación del petróleo iraní a cero.
El régimen iraní, como era de esperarse, intenta a su vez defenderse golpeando a Estados Unidos asegurando que bloqueará el Estrecho de Hormuz.
El precio del crudo creció enormemente a finales del mes pasado tras el anuncio del Departamento de Estado estadounidense en el que esperaban que los países redujeran su importación de petróleo iraní a “cero”. Esto hizo que los precios aumentaran pues el mercado ha de equilibrar las pérdidas de Irán. Se espera que la oferta caiga entre 1 y 2.5 millones de barriles diarios.
La administración Trump sintió la presión por este aumento y suavizó el discurso, afirmando que Estados Unidos lidiaría con cada país por separado, Sin embargo, su política frente a Irán no ha cambiado y si hay excepciones serán muy pocas.
También se ha informado que Corea del Sur cancelará por completo sus compras de petróleo a Irán a partir de agosto. Japón también ha sentido la presión y los expertos creen que detendrá también sus compras en noviembre.
La amenaza iraní de bloquear el Estrecho de Hormuz es fuerte pero también es poco probable que se lleve a la realidad. Es verdad que más de un tercio de todas las exportaciones por vía marítima del mundo pasan por este estrecho y bloquearlo resultaría en un inmenso aumento de los precios. No sería una sorpresa que Irán impacte de tal manera la oferta de petróleo en retaliación contra los Estados Unidos, pero bloquear el Estrecho les haría daño pues una gran parte del comercio iraní pasa por allí. El bloqueo de igual manera podría generar una respuesta de diferentes actores, incluyendo la Armada Naval de los Estados Unidos.
La presión política en Irán crece y el régimen está en un callejón sin salida. El descontento local ha llegado a nuevas cotas y las protestas continúan por séptimo mes. El pueblo ha sido muy explícito en denunciar la corrupción e ineptitud del régimen y su deseo de un pronto cambio de régimen. Saben que el gobierno no es capaz de reformarse a pesar de lo que dicen los países occidentales, y el pueblo no se detendrá a pesar de la violenta campaña de represión que las autoridades usan para silenciar al pueblo.