Friday, April 25, 2025
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Año persa 1403: Un año de tumulto para el régimen y de transformación para Irán

Año persa 1403: Un año de tumulto para el régimen y de transformación para Irán

Escrito por Shamsi Saadati

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Lectura de cinco minutos 

Del 20 de marzo de 2024 al 20 de marzo de 2025, el régimen clerical iraní se vio sacudido por una serie de crisis en cascada: una vorágine de reveses políticos, militares, económicos e internacionales que han dejado al descubierto las fisuras internas del régimen y alentado un creciente llamado a la transformación. A medida que el otrora férreo control del régimen se debilita, una población otrora reprimida ahora clama por el cambio, haciéndose eco del espíritu revolucionario de décadas pasadas. 

Fracturas internas y disputas entre facciones

El año comenzó con profundas grietas ya formándose en la fachada del régimen. Dos elecciones parlamentarias simuladas, en marzo y nuevamente en mayo de 2024, vieron cifras oficiales que promocionaban una participación del 30 por ciento a nivel nacional y un mero 15 por ciento en Teherán, mientras que estimaciones independientes situaron la participación tan bajo como el 8,2 por ciento . Estos resultados manipulados no solo profundizaron la desilusión pública, sino que también prepararon el escenario para una crisis de liderazgo sin precedentes. El 19 de mayo de 2024, las muertes repentinas del presidente del régimen, Ebrahim Raisi, y el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, en un accidente de helicóptero crearon un vacío repentino en los niveles más altos del poder. Las elecciones presidenciales subsiguientes del 28 de junio de 2024, que vieron a Masoud Pezeshkian emerger como el vencedor declarado en medio de acusaciones desenfrenadas de fraude y una participación en ausencia de casi el 60 por ciento, solo sirvieron para resaltar aún más la decadencia del régimen. 

Este desafortunado “Gobierno de Unidad” fue poco más que una fachada, y su breve existencia se vio empañada por incesantes disputas internas. Facciones rivales —que se disputaban todo, desde la doble nacionalidad y la corrupción rampante hasta la imposición del hiyab obligatorio— libraron una guerra abierta por los escaños en el gabinete y el control parlamentario. Incluso los intentos de relajar la censura en internet, con el objetivo de sofocar el creciente malestar social y estimular la recuperación económica, se encontraron con una férrea resistencia por parte de las facciones extremistas. Las destituciones de figuras clave como el ministro de Economía, Abdolnaser Hemmati, y el vicepresidente, Mohammad-Javad Zarif, pusieron de manifiesto que cualquier atisbo de unidad estaba condenado al colapso bajo el peso de las arraigadas luchas de poder y las políticas fiscales divergentes. 

Protestas y agitación política

El descontento latente bajo la superficie pronto estalló en un torrente de protestas. A lo largo de 1403, un coro de voces —estudiantes, jubilados, trabajadores y una miríada de grupos sociales— salió a las calles en protesta desafiante contra un régimen que había perdido su legitimidad. A finales de 2024, las tácticas de mano dura del Estado se hicieron patentes al organizar un ejercicio masivo en Teherán para intimidar a los disidentes. La situación se agravó en enero de 2025, cuando el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), apoyado por 110.000 efectivos de la Basij, realizó una maniobra militar aún mayor: un claro y desesperado intento por disuadir un levantamiento que se estaba volviendo inevitable. 

La brutalidad del régimen alcanzó nuevas cotas tras el asesinato de un estudiante durante las protestas en el campus de Teherán, un incidente que desató una ola de indignación. El punto álgido de los disturbios se produjo durante el festival anual del fuego Chaharshanbe Suri , el 18 de marzo de 2025. Ciudadanos de más de 130 ciudades desafiaron a las fuerzas de seguridad, prendieron fuego a imágenes del líder supremo del régimen, Alí ​​Jamenei, y exigieron el fin de la tiranía clerical.  

Retrocesos estratégicos y regionales

Entre abril y septiembre de 2024, la posición estratégica externa de Irán sufrió graves daños, ya que sus principales redes de intermediarios fueron atacadas sistemáticamente. Un ataque israelí el 1 de abril de 2024 contra el consulado iraní en Siria mató al general de brigada Zahedi, a su adjunto Mohammad Hadi Haji-Rahimi y a otros siete altos mandos de la Fuerza Quds, lo que dañó gravemente la presencia militar de Teherán. 

En el Líbano, los ataques coordinados de septiembre de 2024 golpearon el corazón de Hezbolá: el 20 de septiembre, un ataque israelí mató a Ibrahim Akil , comandante de la fuerza de élite Radwan, y el 27 de septiembre, el asesinato del secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, obligó al líder supremo Jamenei a declarar cinco días de duelo nacional.  

El colapso del régimen sirio en diciembre de 2024 resultó igualmente catastrófico. La caída de Bashar al-Assad no solo provocó la pérdida de miles de millones de dólares en inversiones y cortó un corredor militar crucial hacia el Líbano, sino que también destruyó centros de mando clave de la Fuerza Quds del CGRI.  

El posterior deterioro de la influencia de Irán se vio agravado por violentos enfrentamientos cerca de Beirut, la confiscación de cargamentos de Hezbolá en el aeropuerto de Beirut y las alarmantes revelaciones sobre la desesperada intromisión de Teherán en las provincias costeras de Siria. Mientras tanto, la postura cada vez más firme de Turquía contra la injerencia iraní y los reajustes estratégicos de Azerbaiyán en la región redujeron aún más la influencia de Teherán. En el Líbano, la formación de un nuevo gobierno, las divisiones internas y las presiones externas profundizaron las antiguas fracturas, dejando a Teherán aislado incluso de sus aliados tradicionales. 

 

Caída libre económica en medio de fallas estructurales

Paralelamente a las crisis política y militar, la economía iraní se hundió en el caos. Décadas de mala gestión, sanciones internacionales y corrupción endémica se unieron para crear una catástrofe económica. A principios de año, el dólar estadounidense se cotizaba a aproximadamente 60.000 tomanes; para finales de año, el tipo de cambio del mercado libre se había más que duplicado, superando los 100.000 tomanes. La inflación galopante, el colapso de los mercados financieros y un índice bursátil que se desplomó 34.000 puntos pusieron de manifiesto la desesperación fiscal del país. Analistas de Donyaye Eghtesad advirtieron que el país se encaminaba hacia la desindustrialización, con cierres generalizados de fábricas y un desempleo vertiginoso en el horizonte. 

La crisis económica se vio agravada por una grave escasez de agua. Con el 57 % de las presas prácticamente vacías y Teherán sufriendo un hundimiento significativo del terreno, la crisis hídrica amenazaba con convertirse en una catástrofe total.  

El desesperado presupuesto 1404 del gobierno , diseñado para apuntalar la supervivencia del régimen, introdujo una serie de opresivas subidas de impuestos y nuevas tasas que pretendían exprimir hasta la última gota de ingresos de una población sufriente. Estas medidas, incluyendo el alza desmesurada de los impuestos corporativos y personales, solo profundizaron el resentimiento público y avivaron el temor a un colapso económico. 

 

Abusos de los derechos humanos y condena mundial

Quizás la acusación más contundente contra el régimen provino de la comunidad internacional de derechos humanos. Un exhaustivo informe de 252 páginas elaborado por una Misión de Investigación de las Naciones Unidas , publicado el 18 de marzo de 2025, expuso una letanía de violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Basándose en más de 38.000 pruebas y cientos de testimonios de víctimas, el informe detalló cómo la represión estatal se había intensificado hasta convertirse en una campaña implacable de tortura, ejecuciones públicas y brutal represión contra minorías étnicas y religiosas. En 2024, el régimen registró su mayor número de ejecuciones desde 2015, con más de 1.000, y un número profundamente preocupante de ellas se llevaron a cabo contra mujeres e incluso menores de edad. Este informe, junto con la 71.ª resolución de la Asamblea General de la ONU, adoptada el 21 de diciembre de 2024, que condenó el uso ilegal de la pena de muerte, las detenciones arbitrarias y otras prácticas represivas por parte de Irán, ha generado una condena internacional.  

A nivel global, el aislamiento de Irán se profundizó. Desde principios de 2024 hasta principios de 2025, diversas medidas internacionales socavaron la ya frágil posición de Teherán. Las naciones occidentales, en colaboración con aliados de todo el mundo, atacaron a figuras e instituciones clave del régimen. En una serie de medidas decisivas, Canadá expulsó a altos funcionarios y designó al CGRI como organización terrorista; Alemania allanó propiedades vinculadas al régimen y clausuró centros culturales clave; y tanto la UE como el Reino Unido implementaron sanciones drásticas que reforzaron aún más las redes financieras y militares de Irán. 

A principios de 2025, Estados Unidos reinició su campaña de “máxima presión” contra el régimen iraní. El Congreso estadounidense presentó una resolución bipartidista instando a la UE a designar al CGRI como organización terrorista. Al imponer nuevas sanciones a personas, empresas y buques vinculados a los sectores aéreo y marítimo de Irán, la administración Trump combinó esfuerzos diplomáticos y de inteligencia para combatir las conspiraciones respaldadas por Irán y reiteró el compromiso de Washington de reducir la influencia regional de Teherán e interrumpir su financiación del terrorismo. 

 

La fuerza de la resistencia iraní en 1403

En 1403, la Resistencia Iraní surgió como un faro de desafío, transformando los espacios públicos en escenarios de poderosas protestas. Las Unidades de Resistencia, lideradas por la OMPI, llevaron la antorcha de la esperanza por Teherán, Zahedán, Shiraz y Kermanshah. Rechazaron con valentía las elecciones fraudulentas y la propaganda estatal, convirtiendo cada manifestación y pancarta en una declaración de libertad, adornada con lemas como “Mujer, Resistencia, Libertad” y “Muerte al opresor”.

Cada acto de protesta, desde la conmemoración de los mártires hasta el desafío a las medidas represivas en fechas nacionales clave, mostró el espíritu inquebrantable de un pueblo decidido a reclamar su futuro. Las Unidades de Resistencia, mediante grafitis creativos y manifestaciones espontáneas, unieron a diversos grupos —estudiantes, trabajadores y familiares de mártires— en un movimiento nacional que atacó el corazón de la tiranía.

A nivel mundial, el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI) intensificó estos esfuerzos con una serie de impactantes acciones internacionales y logros diplomáticos . Mediante cumbres globales, acciones coordinadas de incidencia política y campañas de solidaridad, el CNRI logró apoyo internacional. Su incansable labor para forjar alianzas y movilizar la opinión internacional no solo resaltó la legitimidad de la resistencia, sino que también ayudó a allanar el camino hacia un futuro donde la libertad en Irán sea reconocida y celebrada a nivel mundial.

En conjunto, estas audaces iniciativas nacionales e internacionales de 1403 sentaron una base sólida para el cambio y encarnaron la determinación colectiva del pueblo iraní de marcar el comienzo de una nueva era de democracia y justicia.

 

Irán libre 2025

Cuando el tumulto de 1403 alcanzó su cenit, incluso el Líder Supremo Ali Jamenei se vio obligado a reconocer el casi colapso del régimen, un ajuste de cuentas que recuerda el fervor revolucionario de la década de 1980. En su discurso del Eid del 20 de marzo de 2025, Jamenei declaró : “Los eventos que tuvieron lugar en 1403 son similares a los de 1360 y vienen con dificultades y ordalías”.  

Esta cruda admisión puso al descubierto su profundo temor y subrayó los continuos fracasos que habían dejado al régimen al borde del abismo. Para el pueblo iraní, la convergencia de luchas políticas internas, represión brutal, desplome económico y aislamiento internacional ha abierto una ventana de oportunidad: un posible punto de inflexión hacia un cambio radical. 

Ante crisis sin precedentes, la narrativa de 1403 no es solo de desesperación. Es también la historia de una nación que se alza contra la opresión, un pueblo unido con la esperanza de una transformación y el inexorable impulso hacia un futuro donde la libertad y la responsabilidad finalmente prevalezcan. Los acontecimientos de este angustioso año son un poderoso testimonio de la resiliencia del espíritu humano, incluso en las horas más oscuras de la tiranía.