El régimen iraní está “jugando insensiblemente con las vidas de los prisioneros de consciencia y otros prisioneros políticos al negarles un tratamiento médico adecuado y los pone en grave riesgo de muerte, inhabilidad permanente u otros daños irreversibles a su salud” afirmó Amnistía Internacional el lunes.
Un nuevo reporte de esta organización publicado hoy 18 de julio de 2016 llamado “La salud como rehén: cruel negativa a dar tratamiento médico en las prisiones iraníes (“Health taken hostage: Cruel denial of medical care in Iran’s prisons”) muestra una siniestra imagen del cuidado médico en las cárceles del régimen.
EL informe presenta fuertes evidencias de que el sistema judicial del régimen, en particular la oficina del Fiscal y las administraciones de las prisiones impiden deliberadamente el acceso a cuidados médicos adecuados en muchos casos como un acto intencional de crueldad para intimidar, castigar o humillar a prisioneros políticos, o para extraer de ellos “confesiones” forzadas o declaraciones de “arrepentimiento”, dijo el grupo de derechos humanos.
“En Irán la salud de los prisioneros es frecuentemente tomada como rehén por parte de las autoridades, quienes ignoran temerariamente las necesidades médicas de los internos. Negar acceso al cuidado médico es cruel y absolutamente indefendible” afirmó Philip Luther Director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y África del Norte.
“El acceso a la salud de parte de los prisioneros es un derecho entronado tanto en el derecho internacional como en el iraní. Al privar a los internos de sus cuidados están causando agudos sufrimientos de manera deliberada para castigar, intimidar o extraer “confesiones” forzadas, y esto constituye una tortura”, agregó.
El reporte detalla 18 espantosos casos de prisioneros a quienes se les negó el tratamiento médico necesario y se encuentran en grave riesgos de sufrir daños permanentes a su salud.
El informe también provee una imagen profundamente preocupante de la oficina del Fiscal, que en Irán es responsable de las decisiones sobre visitas médicas y transferencias hospitalarias. La oficina del Fiscal frecuentemente niega la autorizaciones para transferencias hospitalarias a prisioneros enfermos incluso para cuidados necesarios que no se pueden realizar en prisión, y niega peticiones de visitas médicos a prisioneros críticamente enfermos en contra de lo recomendado por los doctores.
La investigación de Amnistía Internacional encontró que en algunos casos funcionarios de la prisión también violaron los derechos de los prisioneros a la salud o fueron responsables por casos de tortura y otros maltratos. En varios casos retuvieron la medicación de prisioneros políticos o utilizaron de manera innecesaria esposas y cadenas interfiriendo con los tratamientos médicos, hiriendo sus manos y pies con el objetivo de causar incomodidad y humillación.
Prisioneros entrevistados por Amnistía Internacional afirmaron también que los doctores de la prisión eran a veces cómplices en el abuso. Dijeron que algunos médicos desecharon sus enfermedades o las minimizaron como “invenciones de su imaginación” y trataron condiciones serias con analgésicos y tranquilizantes.
El reporte revela que a las prisioneras políticas, al menos en la prisión Evin donde la clínica está compuesta enteramente de médicos y enfermeros hombres, enfrentan barreras adicionales para acceder a tratamiento médico. En varios casos a las prisioneras que experimentaban problemas de salud se les negó el tratamiento médico de emergencia porque se juzgó inapropiado que fueran tratadas por hombres. A las mujeres se les somete también a insultos sexuales y acoso por no cumplir con estrictas regulaciones sobre su velado.
“Las autoridades iraníes y en particular las autoridades acusatorias han mostrado una crueldad escalofriante en su actitud ante los prisioneros enfermos. Juegan con las vidas de los individuos con consecuencias devastadoras y serias para su salud” afirmó Luther.
“Las autoridades de Irán deben dejar inmediatamente de usar el cuidado médico como arma de castigo o coerción y asegurar a todos los internos en custodia un acceso adecuado a la atención médica sin discriminación”.
Muchos prisioneros políticos que sufren condiciones de salud serias han sentido que no tienen otra elección que ir a huelgas de hambre para hacer que las autoridades les den tratamiento médico, dijo Amnistía Internacional. Las huelgas de hambre son frecuentemente recibidas con indiferencia pero en algunos casos las autoridades han permitido eventualmente a los huelguistas permisos médicos cortos y luego les ha forzado a interrumpir sus tratamientos al devolverlos a prisión tras un breve periodo y contra el consejo de los médicos. En algunos casos a los prisioneros se les castiga por acudir al recurso de la huelga de hambre.
Amnistía Internacional pide al régimen iraní detener inmediatamente la imposición de obstáculos al acceso al cuidado médico, y a seguir sus obligaciones internacionales. Las autoridades deben investigar a la fiscalía y a otros funcionarios –incluyendo al personal médico- que puedan estar involucrados en la negativa deliberada a dar tratamiento a los prisioneros, dijo el grupo de derechos humanos.
Varios prisioneros políticos afiliados al principal grupo de oposición iraní, la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (OMPI/MEK) han acudido a la huelga de hambre en repetidas ocasiones el año pasado en protesta contra las condiciones inhumanas de su reclusión en las prisiones del régimen. También han existido reportes continuos sobre maltratos a otros prisioneros políticos de minorías étnicas y religiosas, en particular contra prisioneros kurdos y sunitas.