Por Struan Stevenson, Miembro del Parlamento Europeo
BRUSELAS, 14 de Junio (UPI) – El levantamiento popular continúa en Irak, con la liberación sucesiva de sus ciudades y el colapso de las fuerzas de Maliki, quienes retroceden y desertan en masa frente a la coordinada oposición tribal.
Tras el shock generado por los dramáticos cambios que se han venido sucediendo con extrema rapidez, una pregunta continúa surgiendo: lo que vemos en Irak, ¿es un levantamiento de los iraquíes o el ataque de un grupo terrorista?
Maliki y sus patrones en Teherán insisten en que las regiones iraquíes han caído en manos de extremistas terroristas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL). Pero esta teoría es ridícula y desafía toda lógica. La liberación de aproximadamente 100.000 kilómetros cuadrados de territorio iraquí, con una población de millones de personas en unos pocos días no puede ser trabajo de un grupo terrorista aislado con no más de algunos cientos, o miles de miembros. Hay cada vez más indicios de que son las tribus y los ciudadanos iraquíes quienes se han levantado contra Maliki.
Señalar lo contrario no es simplemente entender mal la situación: esta posición claramente tiene motivos ulteriores. Bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo, Mailiki y el régimen iraní intentan justificar la interferencia de las terroristas Fuerzas Qods iraníes y la invasión de Irak por parte de la Guardia Revolucionaria. Al mismo tiempo, intentan promover que Estados Unidos interfiera militarmente a favor de Maliki, en una repetición aún más peligrosa de la anterior pifia de invadir Irak.
Esta visión de los últimos hechos es muy reveladora. El régimen iraní se apresta ahora a salvar a Maliki. En una conversación telefónica, el Presidente Hassan Rouhani prometió a Maliki todo tipo de cooperación. Fox News escribió el 13 de junio: “alrededor de 150 miembros élites de las Fuerzas Qods, élites de la Guardia Revolucionaria, ya han sido enviados por Teherán, y el poderoso comandante de la división, Qassem Suleimani, se reunió con el Primer Ministro Nouri al-Maliki el jueves donde se comprometió a enviar dos brigadas iraníes para ayudar en la defensa de Bagdad”.
El 12 de junio, el Wall Street Journal escribió: “Al menos tres batallones de las Fuerzas Quds, la fuerza élite en el extranjero de la Guardia, fueron enviados para ayudar en la batalla contra el EIIL y al-Sham, una rama de al Qaeda que ha ganado rápidamente territorio a lo largo de Irak”. El artículo continúa: “a una unidad de los Guardias que ya se encontraba en Irak luchando junto al ejército iraquí -ofreciendo asesoramiento en guerra de guerrillas, y quien colaboró en la retoma de Tikrit el jueves- y a dos unidades de la Guardia despachadas desde las provincias fronterizas iraníes se les encargo la protección de Bagdad y de las ciudades santas chiitas de Karbala y Najaf.”
Se puede con toda seguridad asumir que esto es apenas una parte del involucramiento real de Teherán para salvar a Maliki.
Además del IRGC, Maliki está usando fuerzas paramilitares asociadas al régimen iraní como Asai’b Ahl al-Haq y Kata’eb Hezbollak para reprimir el levantamiento popular.
Reportes de las provincias de Nineveh o Salahaddin por parte de periodistas de CNN, al-Jazeera y BBC entre otros, apoyan la teoría de que no se han llevado a cabo actos de violencia o agresión contra la población local. Esto no cumple con el patrón de violencia aleatoria y propagación de intimidaciones, características principales de los grupos terroristas. Los residentes de estas áreas están felices con el hecho de que las fuerzas de Maliki hayan huido y las propiedades públicas y privadas ahora gozan de una relativa seguridad. El éxodo masivo de refugiados de estas ciudades se debe al bombardeo por parte de las fuerzas de Maliki, y 48 horas después de la liberación de Nineveh, la ola de refugiados ha claramente menguado y algunos incluso comienzan a regresar.
Ayer, en un comunicado de 12 puntos, la Asociación de Eruditos Musulmanes de Irak, que juega un rol importante en los hechos en el país, llamó a los insurgentes a tratar bien a la población, ayudar a solucionar sus problemas, tratar bien a los grupos étnicos, evitar la toma de rehenes, perdonar y olvidar, y tratar a los fieles de otras religiones sin prejuicios. En este marco, las tribus armadas evitaron entrar a Samarra en la provincia de Salahaddin, donde está el santuario de dos Imanes chiitas. Están, por el contrario, intentando ganar control de las ciudades negociando con las fuerzas gubernamentales con el objetivo de evitar muertes y derramamiento de sangre.
Lo que estamos presenciando en Irak es la erupción de años de odio popular y desilusión generados por Maliki y su camarilla. Occidente en general y los Estados Unidos en particular facilitaron el ascenso de Maliki al poder. Así que es hora de que veamos la realidad tal como es. Maliki ha sido un fracaso total y un desastre. Mientras más insistamos en mantenerle en el poder, más el sistema político iraquí se convertirá en un atolladero.
Para evitar más derramamiento de sangre en Irak, Maliki debe ser destituido del poder, debe ponerse fin a la interferencia iraní en Irak y la comunidad internacional debe supervisar la formación de un gobierno nacionalista, democrático y no-sectario que agrupe a todos los segmentos de la sociedad iraquí. Esta solución es ampliamente apoyada por las fuerzas democráticas y nacionalistas iraquíes. En vez de ayudar a Maliki, lo que solo causará más desangre, los Estados Unidos y la Unión Europea deberían forzarlo a aceptar que la única solución viable es inmediatamente dar un paso al costado.
Struan Stevenson, Parlamentario Europeo, es el Presidente de la Delegación del Parlamento Europeo para las Relaciones con Irak.
Fuente: UPI