Las autoridades en Irán han “recortado gravemente los derechos a la libre expresión, asociación y asamblea, arrestando y poniendo en prisión bajo cargos vagos y demasiado amplios a periodistas, defensores de derechos humanos, sindicalistas y otras personas que han expresado descontento” dijo Amnistía internacional en su reporte anual sobre violaciones a los derechos humanos en Irán.
“Torturas y maltratos a los prisioneros siguen siendo una constante y se cometen con impunidad. Las condiciones en prisión son duras. Continuaron los juicios injustos, en algunos casos llevando a sentencias a muerte”.
“Mujeres y miembros de minorías étnicas y religiosas enfrentan una clara discriminación en el derecho y en la práctica. Las autoridades llevan a cabo castigos crueles, incluyendo sacar ojos, amputaciones y azotes. Las cortes imponen sentencias a muerte por una serie de crímenes; muchos prisioneros, incluyendo al menos cuatro menores infractores, fueron ejecutados”.
A personas detenidas y prisioneros sentenciados se les ha negado un cuidado médico adecuado, en algunos casos las autoridades han retenido medicaciones prescritas para castigar a los internos, o se niegan a cumplir las recomendaciones de los médicos de hospitalizar a los pacientes para ser tratados. Las autoridades también someten con frecuencia a los detenidos y prisioneros a periodos de confinamiento solitario, lo que equivale a tortura y maltrato.
“A los prisioneros se les retiene en condiciones de hacinamiento e insalubridad, con comida inadecuada y expuestos a temperaturas extremas. Esta situación se da en las prisiones de Dizel Abad en Kermanshah, Adel Abad en Shiraz, Gharchak en Varamin y Vakilabad en Mashhad. Según algunos ex detenidos en la prisión central de Tabriz entre 700 y 800 internos se encontraban en apenas tres celdas poco ventiladas, muy insalubres y con acceso a apenas 10 inodoros”.
“Las cortes continúan imponiendo y las autoridades llevando a cabo castigos que violan la prohibición de la tortura y otros castigos crueles, inhumanos y degradantes. Estos eran en algunos casos llevados a cabo en público e incluían azotes, extracción de ojos y de miembros. El 3 de marzo las autoridades en Karaj deliberadamente dejaron ciego a un hombre de su ojo izquierdo después de que una corte lo sentenciara a “retribución en especie” (qesas) por lanzar ácido al rostro de otro hombre. También pesaba la posibilidad de amputarle el ojo derecho”.
El reporte de Amnistía dice: “las autoridades siguen usando ampliamente la pena de muerte, y llevan a cabo numerosas ejecuciones incluyendo a menores infractores. Algunas ejecuciones se llevaron a cabo en público”.