Mientras las protestas internacionales contra el crecimiento en la tasa de ejecuciones grupales y arbitrarias en Irán se fortalecen día tras día, Hassan Rouhani, el presidente del régimen clerical, describe las ejecuciones inhumanas y anti-islámicas en Irán como “mandatos de Dios” o “leyes del pueblo”.
Temiendo la rabia y el horror del pueblo iraní respecto de estos actos inhumanos, Hassan Rouhani aprueba las ejecuciones pero dice que las víctimas no deben ser maltratadas en el momento de su ejecución.
Hablando a comandantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado del régimen iraní, dijo el sábado pasado: “cuando alguien es condenado a muerte y llega a la horca según la ley, entonces no tenemos ningún derecho de insultarlo mientras se le lleva a la horca… en cualquier caso, la ley lo ha condenado y está siendo castigado y esto no tiene nada que ver con nosotros. Es ya sea el mandato de dios o una ley aprobada por el parlamento que pertenece al pueblo y nosotros solo lo ejecutamos” (Agencia de Noticias Tasnim, afiliada a las Fuerzas Qods – 19 de abril).
Las declaraciones de Hassan Rouhani llegan en el momento en que el número de ejecuciones desde su ascensión sobrepasan las 700 y, de acuerdo al reporte de los cuatro enviados especiales de Naciones Unidas, el número de prisioneros ejecutados en solo dos meses y medio desde comienzos del 2014 ha llegado a 176.