Shahriar Kia
Las relaciones entre Irán y los Estados Unidos cambiaron drásticamente tras el levantamiento nacional contra el régimen que comenzó en diciembre de 2017, donde manifestantes en todo Irán abogaron abiertamente por un cambio de régimen y EEUU apoyó públicamente el derecho del pueblo a protestar y estableció una política para alterar el comportamiento del régimen a través de una campaña de “máxima presión”.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, usó su primer discurso en el cargo en 2018 para declarar que Irán debe retirar sus fuerzas de Siria, poner fin a su apoyo a sus satélites regionales (es decir, Hamas, Hezbolá y los hutíes), detener la producción de misiles de largo alcance y detener el enriquecimiento de uranio al igual que aceptar mejores inspecciones de sus instalaciones nucleares.
Esta actitud no ha cambiado. A lo largo de 2018, EEUU ha aumentado las sanciones y la presión diplomática contra Irán, al tiempo que alienta a sus aliados a hacer lo mismo.
A principios de este mes, Victoria Coates, asistente adjunta de Donald Trump y director sénior para Medio Oriente, explicó que la estrategia de Trump en Irán estaba enfocada en obtener un “cambio sistémico” al limitar la capacidad de Irán de desestabilizar el mundo a través del terrorismo, misiles o interferencia en los asuntos políticos internos de otras naciones.
Coates advirtió que Irán estaba apuntando contra Europa y Medio Oriente a través de campañas de desinformación, ataques cibernéticos y terrorismo, por lo que esos gobiernos deberían buscar imponer sanciones contra Irán para obligar a los mullahs a regresar a la mesa de negociaciones para un nuevo acuerdo sobre todos los temas que preocupan a la comunidad internacional.
Ahora, la UE ha tratado de subvertir las sanciones estadounidenses con un mecanismo financiero especial, que al momento de la redacción aún no está en marcha. Muchas empresas europeas sin embargo reconocen que sus vínculos con los EEUU son mucho más importantes que sus vínculos con Irán, por lo que no está claro qué tan bien funcionará el mecanismo.
Sin embargo, la pregunta más importante es ¿por qué Europa hace esto? Ya hemos escuchado de Estados Unidos que Irán está apuntando a Europa, pero esto está respaldado igualmente por agencias de inteligencia y gobiernos europeos.
En la Asamblea Nacional de Francia el 14 de febrero, el Comité Parlamentario para un Irán Democrático pidió una política más firme a nivel de la UE sobre el régimen iraní por sus amenazas terroristas y sus abusos a los derechos humanos.
El diputado Hervé Saulignace nos recordó que varias agencias de inteligencia y gobiernos europeos han dicho, solo en el último año, que Irán ha estado involucrado en asesinatos o planes terroristas en suelo europeo.
Maryam Rajavi, presidente de la coalición de oposición iraní, Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI), se mostró de acuerdo y pidió al gobierno francés que anuncie una política audaz de apoyo a la lucha del pueblo iraní por la libertad.
La Sra. Rajavi dijo: “los mulás necesitan urgentemente sus relaciones políticas y comerciales con Europa. No obstante, no pueden renunciar a las operaciones terroristas en el corazón de Europa porque son mucho más débiles de lo que se piensa. No saben otra manera de actuar que reprimir y crear crisis”.