Por: Mahmoud Hakamian
El nieto del ex Líder Supremo de Irán Ruhollah Jomeini se ha pronunciado en contra de la brutal represión contra los manifestantes en Irán y advirtió que el régimen caerá si no escucha los gritos del pueblo que pide cambio.
Hasán Jomeini en declaraciones al diario Arman el domingo pasado explicó que estas protestas, que describió como “un fenómeno saludable”, empezaron a causa de problemas económicos, y que si los mulás no hacen nada al respecto, la República Islámica podría llegar a su fin.
Dijo: “las demandas económicas, no políticas, deben ser escuchadas porque si no lo hacemos la sociedad se frustrará y estará decepcionada lo que a su vez llevará al colapso del régimen o al control de un gobierno represivo y autoritario que ejerza una violencia excesiva pero no pueda aguantar mucho tiempo”.
¿Cambiará esta crítica el camino del régimen?
Se reporta que Rouhani también hizo advertencias similares al actual Líder Supremo Ali Jamenei diciéndole que “si no se escucha la voz del pueblo” podría llegar a sufrir la misma suerte que el Shah.
Otra voz que se ha pronunciado al respecto es el ex presidente Mahmoud Ahmadinejad quien escribió una carta abierta a Jamenei advirtiéndole sobre “el riesgo de caída del régimen” por las continuas protestas populares y las presiones económicas y sociales.
Sin embargo, lo que todas estas advertencias no entienden es que el régimen iraní es incapaz de un cambio. Por casi 40 años el régimen ha reprimido a su pueblo para gobernar sin oposición y a pesar de muchas protestas los mulás nunca han logrado corregir su comportamiento, ¿por qué habríamos de esperar que sea diferente esta vez?
Para quienes lo ven desde el exterior, pareciera una buena señal que miembros de la alta jerarquía del régimen se pronuncien contra la brutalidad, pero lo que se pasa por alto es que este régimen está carcomido por las luchas internas.
Las discusiones entre facciones enfrentadas no son realmente para ayudar a las cientos de personas en prisión y que enfrentan la pena capital, son para mejorar su propia imagen ante el público para que su facción pueda imponerse cuando Jamenei muera y Occidente de nuevo se descuide pensando que Irán está en buenas manos.
Si Occidente realmente quiere asegurar que el pueblo iraní esté protegido, deberían estar de lado del movimiento de protesta popular que pide un cambio de régimen.